Envanecidos por la religión

Si la religión, no importa la que sea, sirve para ser feliz, bienvenida sea. Si la religión sirve para subir en un pedestal y mirar a los otros desde arriba con ojos acusadores, no es más que un pasatiempo. No es un fortalecimiento espiritual, es una forma de pasar el tiempo, como lo puede ser cualquier afición. El verdadero crecimiento espiritual no solo da felicidad sino que otorga ese afán desinteresado por ayudar al prójimo. Tratar de mitigar el sufrimiento humano, para sí y para otros, se convierte en una misión. Sin juzgar, sin menospreciar, sin erguirse por encima del otro, solo sirviendo. “In the end, only three things matter: how much you loved, how gently you lived and how gracefully you let go of the things not meant for you”-Buddha.

La educación prohibida

La educación prohibida

“Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La gente educa para la competencia y la competencia es el principio de cualquier guerra”.

“La escuela se pensó como una fábrica de ciudadanos obedientes, consumistas y eficaces, donde poco a poco las personas se convierten en números, calificaciones y estadísticas”.