El cartón

Acabo de tener una discusión que me dejó pensando muchas cosas. Prefiero escribirlas acá para exorcizar toda esa frustración y desconsuelo que me producen ciertas actitudes. Esta mañana leí un artículo en el que me enteré de que el aeropuerto de Bogotá, el más grande e importante del país, no tiene la capacidad suficiente para cubrir toda las operaciones. Lo curioso del caso es que la terminal aérea es nueva. Por obvias razones asumí una postura crítica frente al tema. No puede ser que entreguen una obra y salgan con que debió ser más grande. Evidente la falta de planificación. Hasta ahí todo normal. Pero recibí una apreciación desalentadora: me dijeron que yo me “quejaba por todo”. Lo más paradójico es que esa persona es formada en ciencias sociales. No puede ser que uno estudie o haya estudiado una ciencia social y no asuma una postura crítica frente a lo que sucede en la sociedad. La verdad es que dicho personaje no tiene un pelo de científico social. Para él lo importante es la cantidad de dinero que recibe por su trabajo y pare de contar. No es que tenga unos ideales o trabaje por alguna razón distinta al dólar (gana en dólares, muchos dólares). Además se burló de mi activismo en redes sociales. Él no entiende que la movilización social y la opinión pública se transformaron. Ahora es más importante la red social que la plaza. Tampoco cree que se pueda cambiar algo, por lo tanto, para él es inútil quejarse. Para mí no solo es útil quejarse sino ofrecer información y argumentos para que se consolide una opinión pública responsable (no debe entender tampoco la importancia de esto para una democracia). El caso es que este suceso en particular puede servir para analizar casos generales. La persona mencionada tiene posgrado en Stanford en Relaciones Internacionales. Pero es la típica persona que invierte en educación no por los conocimientos que vaya a adquirir o porque responda a una vocación, sino por aparentar. Mejor dicho, por mostrar el diploma y que le den un mejor trabajo. Por nada más. Siempre he pensado que la educación puede mejorar la calidad de vida de una sociedad. Pero si la gente va solo por el pedazo de “cartón” y no se interesa en los contenidos, en profundizar y en pensar, no va a servir de nada la tan aclamada “educación”. Hay personas que se ufanan de  sus títulos colgados en la pared pero que están poseídos por el conformismo. Lo peor es que estas personas no se dan cuenta de su mediocridad, no sufren por eso, sufrimos los demás. Así las cosas dan ganas de declararnos derrotados y de salir corriendo. Como dice un amigo mío: “apague y vámonos”. Aquí no hay nada qué hacer.

Culto al primer mundo

César lleva casi tres años viviendo en Bogotá. Es venezolano y se vino a trabajar con una productora de música internacional que tiene sede en la capital colombiana. La última vez que hablé con César me puso la misma queja. Él no siente que los colombianos sean hospitalarios y amables. Siente que nadie lo incluye en sus planes y que los círculos sociales son tan cerrados que es muy difícil hacer parte de uno. A César le impresiona lo excluyentes que somos los colombianos. Aquí es importante conocer el colegio y la universidad donde la persona asistió para dejarla entrar en un grupo social. Los viajes y los idiomas que alguien chapucea (aquí la gente estudia un idioma un año en un instituto y ya dice que lo habla) son una carta de presentación para una cita o entrar en un selecto círculo social. Yo, que siempre trato de justificarlo todo, le digo a César que esa actitud es apenas normal en una sociedad que es la sexta más desigual del mundo. Aquí las diferencias económicas y sociales son tan enormes que los de arriba y los de abajo han estado en guerra históricamente y no está bien que unos y otros se junten. Todo esto son problemáticas sociales propias de sociedades tan desiguales. Total a nadie parece importarle. 

Con respecto al hecho de que no somos hospitalarios con el extranjero, disentía. Estudié en un colegio que traía profesores de Canadá y Estados Unidos y todos regresaban a sus países de origen encantados con los colombianos. Pero César me hizo ver algo importante. En la productora donde trabaja hay norteamericanos y europeos. Ellos se acoplan muy bien a diferencia de los peruanos, venezolanos y ecuatorianos. La respuesta es simple: el culto al primer mundo. Aquí nos ponemos como tapete para que el primer mundo camine. Y no me refiero solo socialmente, sino política y económicamente también. Ni hablar de todos los recursos naturales que se le han entregado a empresas extranjeras para que vengan, los exploten y se aprovechen de la mano de obra barata. En cambio, a nuestros vecinos los miramos por encima del hombro (sin razón) y  no les tendemos una mano cuando, al menos, compartimos una historia, un idioma y una cultura. 

La Masa

Nunca pensé que la señora que lava el cabello en la peluquería que frecuento me fuera a descubrir un tumor. Pero así fue. Un día de diciembre de 2011 fui a cortarme el pelo y descubrí que tenía una masa abultada en el costado izquierdo de la cabeza.

Como es lógico, pensaba en esa protuberancia día y noche. Me miraba la cabeza  en cuanto espejo se me atravesaba en el camino para ver si crecía o se mantenía igual. Cuando despertaba iba directo al baño a mirar si la masa había desaparecido por obra y gracia del espíritu santo. Pero, por desgracia, no fue así.

Cuando leí los resultados de la tomografía simple de cráneo me asusté. Decía: “exostocis ósea”. Por el nombre, parecía  ser algo grave.  El neurólogo me explicó que exostocis es un tumor benigno en el cráneo de crecimiento ilimitado que no supone ningún peligro para la vida. De todas maneras había que extraerlo y eso suponía un corte de diecisiete centímetros en la piel que recubre mi cabeza y una anestesia general.

El día de la cirugía me desperté muy temprano. Debía estar en la clínica a las diez de la mañana pero me levanté a las cinco. La ansiedad no me dejaba dormir. A las 10:45am apenas me llamaron para canalizarme. Me quité toda la ropa y me puse una bata verde con la que operan a todos los pacientes. Apenas vi la aguja, que debía ir dentro de la vena de mi mano derecha, me aterré. Era grande y gruesa. Le rogué a la enfermera que me aplicara lidocaína, un anestésico local. Así fue.

Después de una hora, me llevaron en una camilla a la sala de cirugía. Me sentía como animal que va hacia el matadero. Allí estaba la enfermera y una señora alta y delgada, que era la anestesióloga.  Esta última me hizo preguntas sobre mi vida hasta que caí en el sueño profundo de la anestesia.

Cuando desperté de la cirugía pensé en lo afortunado que era de estar vivo. Ya no tenía que preocuparme por un bulto en el cráneo que ya había empezado a notarse. Acto seguido vomité, vomité y vomité. Pensé que me estaba muriendo pero era solo efecto de la anestesia.

Ahora solo tengo que preocuparme por la cicatriz. Procuro no cortarme mucho el pelo.

GLEE: unos personajes divergentes que se enfrentan al dispositivo

La serie Glee presenta, dentro de su trama, unas problemáticas que corresponden a la reproducción de unas prácticas determinadas por un campo social imbuido de una estructura o un dispositivo  en donde se evidencia el culto por guardar las apariencias; la obsesión por el reconocimiento; la concepción de la familia como una necesidad social; un sexismo, que determina lo que corresponde al hombre y a la mujer ; y, finalmente, un individualismo, tan característico de la sociedad actual. La serie reproduce estas prácticas del campo social en los conflictos que se presentan entre los personajes, pero en la resolución de dichas problemáticas se evidencia que un mundo contrario a esa agencia, sí es posible. Por esto, para la crítica Alejandra Stanley, del New York Times, la serie se destaca por “la antítesis que se halla entre los roles sociales convencionales previstos y la trayectoria desviada de insurrección que plantean los sueños íntimos de los personajes”. En una encuesta realizada a veinte personas aficionadas a la serie, que se hizo para este trabajo, se evidencia que efectivamente se reconocen esas prácticas dentro del campo social pero que las personas no necesariamente están de acuerdo con ellas.

Quinn es la porrista más popular de la escuela. Para ella, es muy importante que sus compañeros la vean como una niña que es juiciosa. El ser “juiciosa”, fue un rótulo que se ganó por quedar como la “reina del baile de la castidad”. Por eso cuando se entera de su embarazo, lo que más le preocupa es lo que vayan a decir de ella cuando se enteren de que no era virgen. Lo más importante en este caso no era el hecho de su virginidad, sino el hecho de aparentarla. Las apariencias juegan un papel fundamental dentro de las preocupaciones de los personajes de la serie.

Sue Sylvester, la entrenadora de las porristas, recomienda a sus alumnas que ingieran “La Gran Bomba de Sue”, que es una bebida que produce vómito y aleja las ganas de comer. No es saludable, pero para las porristas es fundamental, pues las mantiene delgadas. La apariencia cobra tanta importancia que la misma entrenadora repite con asiduidad que “lo importante no es sentirse mal sino verse bien”. En el capítulo 17 de la primera temporada, “Bad Reputation”, Rachel, la mejor cantante del coro, se da cuenta de que la gente que evita la confrontación y que procura mantenerse al margen de la violencia física y verbal es considerada débil. Por eso, ella decide emprender acciones que le den una apariencia alejada de la debilidad, pues, como ella misma lo dice, “tener aires de humanidad es el peor error para tu reputación”.

Estas prácticas son reconocidas por las personas encuestadas. Según los resultados, la gran mayoría de las personas considera que el campo social valora más a la mujer que es delgada (pregunta 11) y a las personas que son osadas para enfrentar a los demás y que no evitan la confrontación (pregunta 12).

El afán por ser reconocidos dentro del campo social, es otra de las problemáticas que son tratadas constantemente por la serie. Ser “geniales” y “populares” es una preocupación constante de los personajes. La entrenadora Sue Sylvester adquiere mucha autoridad en el colegio, incluso casi a la par que el director, cuando empieza a aparecer en la televisión. Los medios de comunicación son tan idolatrados en el campo social porque sirven, precisamente, para ganar reconocimiento. Es por esta razón, que 18 de 20 personas encuestadas reconocen que una persona que aparece en medios de comunicación goza de mayor prestigio y credibilidad en el campo social que quien no lo hace (pregunta 4). Pero así mismo, 17 personas respondieron que, personalmente, no están de acuerdo con esto.

Por otro lado, el dispositivo ha normalizado la familia como una necesidad social. Es un imperativo que los miembros de una sociedad formen familia o al menos tengan pareja. En Glee, esta situación se evidencia claramente. Emma, la psicóloga del colegio, decide casarse con el entrenador de football, que le parece repugnante, porque siente que se le está haciendo tarde para contraer nupcias. Ella ha llegado a los 30 años y él es el único hombre que la corteja. Por eso, decide que lo mejor es aceptar su propuesta de matrimonio para no quedarse sola.  Formar familia es tan importante para el campo social,  que cuando Will (el director del coro) se divorcia, empieza instantáneamente a buscar con quien salir. Al final, él mismo acepta que todavía no estaba preparado para otra relación sentimental. En la encuesta aplicada, 19 personas de 20 consideran que quien está casado goza de mejor reputación que quien no lo está (pregunta 3).

Tanto en Glee como en nuestra sociedad, hay roles que están definidos solo para que sean desempeñados por la mujer y otros, solo para que sean desempeñados por el hombre. En la serie, el equipo de football es considerado solo para “machos” y el coro solo para “niñas”. Los jugadores de football piensan que el coro es, como ellos mismos le dicen, una “explosión homosexual”. Noah es un jugador de fútbol americano que quiere participar del coro. Es consciente de que su decisión le acarreará un vaso de gaseosa en la cara todos los días, pues hacer parte de ambos grupos no lo hace “versátil” sino “bisexual”. A Kurt, por su parte, le toca renunciar al equipo de football por su homosexualidad. Según los otros jugadores del deporte, alguien que sea tolerante con la homosexualidad es incompatible con el football. En el capítulo 15, The power of Madonna, a los miembros del coro se les propone que interpreten una canción de Madonna. Los hombres se rehúsan, pese a que reconocen la genialidad de la artista. Según ellos, la música de Madonna es solo para mujeres. De acuerdo a la encuesta aplicada, 20 personas de 20 reconocen que dentro del campo social, hacer parte del equipo de football confiere mayor masculinidad y poder a los hombres que pertenecer al coro de un colegio.

En una sociedad capitalista, como la nuestra, la competencia y el individualismo son indispensables para lograr el éxito (reconocimiento) y la riqueza. El dispositivo no estimula la cooperación (una lucha entre todos por una sociedad mejor), sino que cada uno se busque sus propios medios para hacerlo. En el capítulo 9 de Glee (Wheels), se hace ostensible este egoísmo. En el coro, cada uno se preocupa por que su parte salga bien, pero les interesa poco si alguno de sus compañeros está teniendo alguna dificultad. Por eso, no estuvieron de acuerdo con hacer un “Bake Sale” para reunir dinero y poder pagar un bus acondicionado para personas en silla de ruedas, que necesitaban para el desplazamiento de uno de sus miembros (Artie). Todos querían que Artie fuera desplazado por su padre, mientras que ellos lo hacían todos juntos en un bus ordinario. Al final,  el “Bake Sale” fue organizado y todos entendieron la importancia de la cooperación. La mayoría de las personas encuestados (14 de 20), reconocen que en el trabajo en grupo de nuestro campo social, cada uno se preocupa por desempeñar su rol correctamente sin importarle mucho las dificultades que tengan los demás (pregunta 7).

Es imperioso aclarar que, pese a que la serie reproduce todas estas prácticas de nuestro campo social, siempre muestra que la vida o el mundo de otra forma sí es posible. De hecho, el mismo creador de la serie, Ryan Murphy, ha dicho que sus creaciones televisivas se sustentan en unos personajes de personalidad divergente que se tienen que enfrentar con los conflictos morales que les atormentan. Ese enfrentamiento les hace pensar en la vida de otro modo.

Para David Hinckley, columnista de Daily News, el coro musical de Glee, no está conformado por “perdedores”, como los llaman reiteradamente en los primeros capítulos, sino por outsiders, que son personas que nadan contracorriente desafiando las pautas de la sociedad.

Es así como se puede concluir que la serie Glee  es un excelente medio para apreciar unas prácticas o agencias de nuestro campo social, que podemos ver todos los días. El dispositivo nos ha “normalizado” el culto por guardar las apariencias; la obsesión por el reconocimiento; la familia como imperativo social; roles exclusivos para hombres y otros para mujeres; y un individualismo extremo, que es el sustento de nuestro sistema económico. Según los resultados de la encuesta aplicada, los aficionados a la serie reconocen  las prácticas del campo social que se presentan en el programa televisivo, pero no están, personalmente, de acuerdo con ellas. Esto indica, que al igual que en la serie, los encuestados consideran que un mundo diferente a esas agencias es posible.

 

Bibliografía

 

ENCUESTA Y RESULTADOS

1. ¿Dentro del campo social cuál de las siguientes opciones confiere mayor masculinidad y poder a los hombres?

  1. Pertenecer al coro del colegio___   
  2. Pertenecer al equipo de fútbol o football del colegio ___

Resultados:

  1. 0
  2. 20

 ¿Personalmente, está usted de acuerdo con que la pertenencia al equipo de fútbol o football  confiera mayor masculinidad que la pertenencia al coro del colegio?

  1. Sí ___
  2. No___

Resultados:

  1. 1
  2. 19

2. ¿Usted considera que en el colegio y en la universidad la gente se afana por ser considerada “genial” o “popular”?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 19
  2. 1

¿Está usted de acuerdo con ese afán por ser considerados populares o geniales?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 2
  2. 18

3. ¿Cuál de las siguientes opciones goza de mejor reputación dentro del campo social adulto?

  1. Quien está casado___
  2. Quién no está casado y no tiene planes de hacerlo___

Resultados:

  1. 19
  2. 1

 

¿Está usted de acuerdo con que formar familia sea una necesidad social?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 6
  2. 14

 

4. ¿Cuál de las siguientes opciones goza de mayor prestigio y credibilidad en el campo social?

a. Una persona que aparece en medios de comunicación constantemente___

b. Una persona que no aparece en  medios de comunicación___

Resultados:

  1. 18
  2. 2

 

¿Está usted de usted con que una persona que aparezca en medios de comunicación sea más prestigiosa y goce de mayor credibilidad que quien no?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 3
  2. 17

 

5. Señale cuál de las dos opciones goza de mayor reputación:

a. Una niña de colegio que es virgen___

b. Una niña de colegio que ya ha tenido relaciones sexuales___

Resultados:

  1. 17
  2. 3

¿Está usted de acuerdo con que una niña virgen goce de mayor reputación en un colegio?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 8
  2. 12

 

6. ¿usted considera que dentro del campo social el embarazo de una niña que está en el colegio es sinónimo de fracaso y de desprestigio?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 16
  2. 4

 

¿Personalmente, está usted de acuerdo con que el embarazo de una niña de colegio sea sinónimo de fracaso y de desprestigio?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 8
  2. 12

 

7. ¿cuál de las siguientes opciones coincide más con el desempeño del trabajo en grupo en nuestro campo social?

a. cada uno se preocupa por desempeñar su rol correctamente sin importarle mucho las dificultades que tengan los demás___

b. cada miembro del grupo se preocupa por su parte y por las dificultades que el resto de los miembros estén teniendo en la ejecución de sus tareas___

Resultados:

  1. 14
  2. 6

¿Está usted de acuerdo con que en el trabajo en grupo cada miembro desempeñe su rol sin preocuparse mucho por las dificultades que tengan los demás?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 10
  2. 10

 

8. ¿Cuál de las siguientes opciones goza de mayor prestigio en el campo social?

a. lo nuevo, lo vanguardista, lo moderno___

b. lo viejo, lo pasado de moda, lo anticuado___

Resultados:

  1. 18
  2. 2

 

¿Está usted de acuerdo con que lo nuevo, lo vanguardista y lo moderno goce de mayor prestigio?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 10
  2. 10

9. ¿usted considera que el campo social justifica la promiscuidad masculina arguyendo que a los hombres les es más difícil resistirse a la tentación de la carne que a las mujeres?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 13
  2. 7

¿Está usted de acuerdo con que la promiscuidad masculina sea más justificada que la femenina?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 1
  2. 19

10. para el campo social cuál de las siguientes opciones es más reprochable:

a. Una mujer que golpea a un hombre___

b. Un hombre que golpea a una mujer___

Resultados:

  1. 2
  2. 18

¿Cree usted que ambas violencias son igualmente reprochables?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 19
  2. 1

 

11. ¿cuál de las siguientes opciones es más valorada dentro del campo social?

a. Una mujer que es delgada___

b. Una mujer que no es delgada pero que tampoco es obesa___

c. Una mujer obesa___

Resultados:

  1. 16
  2. 4
  3. 0

¿Está usted de acuerdo con que una mujer que es delgada sea más valorada por el campo social?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 4
  2. 16

12. ¿cuál de las siguientes opciones goza de mayor respeto en el campo social?

a. quien evita la confrontación y procura mantenerse al margen de la violencia física y verbal___

b. Quien es osado para enfrentar a las otras persona y no se deja de nadie___

Resultados:

  1. 6
  2. 14

¿Está usted de acuerdo con que una persona que sea osada y que no se deje de nadie goce de mayor respeto dentro del campo social?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 7
  2. 13

13. ¿Usted considera que es vital tomar suplementos vitamínicos para poder cumplir a cabalidad con la rutina diaria?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 3
  2. 17

¿Toma usted algún suplemento vitamínico?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 5
  2. 15

14. ¿Usted considera que es necesario tener un sueño y luchar por él para poder vivir?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 18
  2. 2

15. ¿Cree que en el campo social impera la idea de que la homosexualidad es contagiosa?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 10
  2. 10

¿Piensa usted que la homosexualidad es contagiosa?

a. Sí___

b. No___

Resultados:

  1. 1
  2. 19

16. ¿cuál de las siguientes opciones es más valorada en el campo social?

a. El que logra reconocimiento en lo que hace___

b.  El que no logra reconocimiento en lo que hace___

c. El que ama lo que hace no importa si recibe o no reconocimiento___

Resultados:

  1. 18
  2. 0
  3. 2

¿Está usted de acuerdo con que las personas que logran reconocimiento sean más valoradas dentro del campo social que quien ama lo que hace pero no logra ese reconocimiento?

  1. Sí___
  2. No___

Resultados:

  1. 2
  2. 18

 

Documental: Caso Coca Cola

 

Con mucho acierto afirmó Shakespeare que “El dinero es el estiércol del diablo”. El dinero nos ha puesto a pelear los unos contra los otros. El mayor fetiche de la sociedad contemporánea es el dinero, y hemos depositado nuestra felicidad en él. El Dinero es lo que otorga prestigio, no importan los valores, ni el amor ni lo que se haya hecho por el prójimo, lo único que vale es tener dinero. Esta “avaricia contagiosa” nos ha enemistado con nuestro prójimo y nos ha llevado a tratarlo como objetos, que tienen valor en la medida en que nos produzcan alguna ventaja económica. Es así como se ha indignado al ser humano y al trabajador en general. Las empresas, en su afán por acumular riqueza, han explotado al ser humano. Los obreros se han organizado en sindicatos para negociar sus condiciones de trabajo, pero han sido, muchas veces, acallados por el poder.  En Colombia, por desgracia, el problema se ha vuelto tan agudo que nos hemos ganado holgadamente el orgulloso rótulo de “capital mundial de sindicalistas asesinados”.

Según Amnistía Internacional, en Colombia se han asesinado 2000 sindicalistas en las últimas dos décadas y 138 han sido víctimas de la desaparición forzada. Lo peor de todo esto es que el porcentaje de impunidad raya lo absurdo: 90%. Las campañas de desprestigio adelantadas contra la actividad sindical han sido una constante y el sindicalismo ha sido atacado desde todos los frentes: guerrilla, paramilitarismo y fuerza pública. La situación es tan grave que en 2006 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tuvo que establecer una presencia permanente  en Colombia para someter a observancia el derecho, tan vulnerado, a la libertad sindical.

El objetivo último de La Declaración Universal de los Derechos Humanos es procurar una convivencia fraternal, pese a las diferencias, de los unos con los otros y un respeto total a la dignidad intrínseca del ser humano. No importa la condición social, económica, física, sexual, etc., todos los seres humanos tienen dignidad. Entiéndase dignidad como el sentimiento que nos hace sentir valiosos. Los sindicatos, que tantas ampollas han levantado en Colombia, tienen un fin noble: defender la dignidad del trabajador. Con ese afán excesivo de las empresas por obtener el mayor beneficio al menor precio, se necesita de una organización que los defienda y que les recuerde que los trabajadores también tienen dignidad. En el documental El caso Coca Cola se hace evidente la voluntad legítima de un grupo de personas, entre ellos norteamericanos, por defender la actividad sindical de los trabajadores de la empresa embotelladora de Coca Cola en Colombia. Esta empresa se había confabulado con grupos paramilitares para asesinar a sus líderes sindicales. Como es costumbre en Colombia, los casos se encontraban sumidos en la impunidad. Por eso este grupo de personas, especialmente un norteamericano, decide acometer la gran odisea de defender a las víctimas de Coca Cola de Colombia en Estados Unidos. Este ciudadano estadounidense se convirtió en un defensor de esta causa porque, tal vez, comprendió que “más triste que no tener dignidad, es no apoyar o criticar a quienes la defienden.”[1]

Según los Derechos Humanos, suscritos por Colombia, nadie podrá ser sometido a esclavitud ni a servidumbre. Los testimonios de dos personas nos dejan claro que Coca Cola no esclaviza a sus trabajadores pero sí se aprovecha de su necesidad para explotarlos laboralmente. Según estos señores, trabajan 15 horas diarias y reciben a cambio 35 mil pesos. Es claro a todas luces que la labor está mal remunerada, pero lo peor de esto es que a ellos les toca comprarse los uniformes de la empresa y pagar el arrendamiento del vehículo que utilizan para hacer su trabajo. Además, son responsables de cualquier pérdida del producto que se pueda producir por robo, atraco o incendio. Por si fuera poco, les toca, de su sueldo, pagar su seguridad social. Es decir, están trabajando bajo condiciones de servidumbre. La Declaración de los Derechos Humanos deja muy claro que el trabajo debe asegurar una existencia conforme a la dignidad del ser humano, hecho que lamentablemente en Coca Cola no se está dando.

La empresa Coca Cola viola los derechos humanos en Colombia pero también en otras partes del mundo. En India, sus desechos, han contaminado el agua de muchas poblaciones ocasionando enfermedades entre la población. En Guatemala y en México han asesinado a sindicalistas y además apoyaron el gobierno intransigente de un dictador en Sudán. Por si fuera poco, la empresa dimite de su responsabilidad aduciendo que son las franquicias de estos países las que cometen las violaciones a los derechos humanos y no ellos, la empresa principal que tiene su sede en Atlanta.

En el artículo 23, numeral 4 de la Declaración de los Derechos Humanos se afirma que “Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses”. Este artículo ha sido olvidado por la empresa Coca Cola en Colombia que en contubernio con grupos armados ilegales han asesinado e intimidado sindicalistas desde 1990. Los trabajadores prefieren no hacer parte del sindicato por miedo a que sean despedidos o  a que despierten suspicacias entre los dirigentes de la compañía. Además las acciones violentas que se han presentado en contra del sindicato disuaden a los empleados, recién incorporados a la empresa, de participar activamente del movimiento sindical. Bajo estas condiciones resulta muy favorable para la compañía seguir acumulando capital a expensas de sus trabajadores. El sindicato de Coca Cola, según los testimonios, lo componen trabajadores de vieja data que se han amangualado con la compañía y que no dejan que el movimiento crezca y cumpla con sus verdaderos objetivos.

Los familiares de los sindicalistas víctimas de Coca Cola han emprendido un esfuerzo por esclarecer los hechos. Su búsqueda por la verdad ha sido inexpugnable, llegando incluso a rechazar ofertas de dinero por parte de la compañía. El dinero no les devolverá su dignidad sino la verdad. Que la opinión pública conozca la aberrante realidad es lo único que lograría exorcizar los sentimientos de desasosiego de las víctimas. La empresa no ha querido reconocer su participación en los hechos, pero sí ha ofrecido dinero. Resulta paradójico que alguien que no sea culpable ofrezca dinero para resarcir a las víctimas. La dignidad, defendida a ultranza por los Derechos Humanos, no tiene precio y es intrínseca al ser humano, algo que los sindicalistas de Coca Cola han comprendido pero que la compañía no.


 

STONEWALL, una instrucción en la diversidad

Uno de los mayores obstáculos es la falta de participación.  La conducta homofóbica sigue siendo predominante.  La homosexualidad  no se puede contagiar.

 Para Catalina Correa, una de las fundadoras de STONEWALL, el grupo de identidades sexuales de la Universidad Javeriana no constituye una promoción de la homosexualidad sino una instrucción en la diversidad sexual. “Lo que hace el grupo en ese sentido es tratar de cambiar esa concepción en pro de generar una comunidad universitaria y una sociedad más tolerante pero sobre todo instruida”, afirmó.

En 2007 Catalina Correa y Juanita León, ambas estudiantes de la Universidad Javeriana, decidieron crear un grupo que trabajara académicamente el tema de la diversidad sexual dentro de la comunidad universitaria. “STONEWALL siempre ha sido un grupo de corte académico, muy inclinado hacia las investigaciones, los foros, los debates y los cine foros”, aseguró Catalina.

El nombre del grupo fue escogido en honor a STONEWALL INN, un bar del barrio neoyorquino de Greenwich Village en donde el 28 de junio de 1969 se produjo la que es considerada la primera manifestación de la comunidad LGBT en contra de un sistema que perseguía a los homosexuales. Estos disturbios constituyeron el detonante del Movimiento Moderno Pro Derechos LGBT de Estados Unidos y del mundo.

Según Catalina, ese día en Nueva York “empezó la visibilidad de la lucha por los derechos civiles de los homosexuales y la gente comenzó a reconocer que era una población real que no estaba dispuesta a normatizarse o a regenerarse o  rehabilitarse sino que peleaban por sus derechos de vivir, de ser, de expresarse en una sociedad plural”.

La falta de participación y de compromiso son las principales dificultades que han encontrado los miembros de STONEWALL en la Universidad Javeriana. “Hay poco interés en participar, poco interés en dar la cara. Mucha gente va y dice soy gay pero no he salido del closet entonces cuando hay actividades del grupo o cuando llega el momento de hablar pues la gente no se presenta”, subrayó Catalina Correa.

La razón por la cual, según Catalina, la participación de los eventos que organiza el grupo es insuficiente es porque “vivimos en una sociedad conservadora, tradicionalista, de corte casi que fanático religioso y eso causa una presión fuerte porque te expones a que te violenten de una u otra forma”.

Para Julián Quiroz, estudiante de contaduría pública, los eventos que organiza STONEWALL  le han servido para conocer y aprender cosas nuevas sobre la diversidad sexual. “Aprendí cosas que nunca antes había escuchado”, señaló.

Julián considera que “así como hay grupo para cada carrera y para cada afición, debe haber grupo para la diversidad sexual. Además es bueno que se rompa esa barrera entre heterosexuales y las demás sexualidades”.

Importancia del grupo

El doctor en educación y profesor de la asignatura Gender, Identity and language (Género, identidad y lenguaje) de la Universidad Javeriana Harold Castañeda considera que grupos como STONEWALL son necesarios “para sensibilizar a la población sobre el respeto a este tipo de temáticas como la diversidad sexual”.

Para Castañeda el hecho de que STONEWALL tenga un corte académico y pretenda instruir es “muy importante” porque todavía existe mucha desinformación y porque no “tenemos una educación que esté basada en la diversidad. Nuestra educación es heterosexual, es masculinizada hegemónicamente hablando y mientras eso siga siendo así va a ser muy complicado que las nuevas generaciones tengan una comprensión más clara de lo que significa vivir en la diversidad”.

Edwar Eugenio Hernández, profesional especializado de la Dirección de Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación, también considera que grupos de diversidad sexual dentro de las instituciones educativas son de “elevada importancia” porque contribuyen a “disminuir sensaciones de soledad; mitigan los estados emocionales derivados del aislamiento y la discriminación y favorecen la construcción personal”.

Añadió que estos grupos se convierten en muchos casos “en el único espacio universitario para su reflexión (género y diversidad sexual)”.  Además señaló que los grupos de diversidad sexual son referentes de acciones políticas pues “hacen apuestas alternativas y formulan formas de construcción social para generar sociedades que reconocen y respetan la diferencia, al tiempo que garantizan la igualdad de derechos”.

Para Hernández existen tres formas de luchar contra la homofobia: “aumentar la visibilidad, reducir la ignorancia sobre temas de sexualidad y proponer nuevos imaginarios sociales capaces de transformar representaciones colectivas históricamente arraigadas”.

¿Fomento de la homosexualidad?

Según Harold Castañeda la homosexualidad no se puede fomentar sino que lo que hacen este tipo de grupos, como STONEWALL, es fomentar la “sensibilidad hacia la diversidad”.

“Nadie fomenta ser negro, nadie fomenta ser africano, ser árabe, homosexual, etc., yo creo que hay condiciones que simplemente están allí y con ellas tenemos que convivir”, añadió Castañeda, profesor de la asignatura Gender, Identity and language (Género, identidad y lenguaje) de la Universidad Javeriana.

 Para Edwar Eugenio Hernández, muchas personas pueden considerar a STONEWALL como un grupo promotor de la homosexualidad porque “se encuentra un imaginario social arraigado según el cual la homosexualidad es una moda y por lo tanto se puede encausar el deseo de las personas hacia personas de su mismo sexo como parte de procesos de propaganda”.

“Considero que toda institución, organización o persona que trabaja en relación con el tema orientaciones sexuales debe ser consciente  de que está sometida a los procesos de rechazo, resistencia al cambio y demás aspectos que se ligan con los procesos de transformación social, por lo que debe restarle importancia a toda acusación infundada”, dijo Edwar Eugenio Hernández, profesional especializado de la Dirección de Diversidad Sexual de la Secretaría Distrital de Planeación.

Para el transgenerista y subdirector del instituto Humboldt  Brigitte Baptiste, antes llamado Luis Guillermo, considera que creer que se pueda hacer un fomento de la homosexualidad es una “percepción equivocada” del concepto. “Creo que el abordar un fenómeno nunca implica ni hacer apología, ni hablar en detrimento del mismo. La homosexualidad es un fenómeno social que hay que estudiar, debatir y en cualquier universidad del mundo no debe haber temas vetados”.

Para Baptiste es un mito creer que la homosexualidad se puede contagiar. “Ese es un temor que tiene la gente pero hay que desmitificarlo”, dijo.

 Además añade que la homofobia “desconoce que las personas adultas tienen el derecho de decidir cómo viven sus vidas sin necesidad de dar cuenta de ello, mientras no cometan un delito o estén haciéndole daño a alguien”.

Predominancia de la homofobia

El experto en género Harold Castañeda considera que la homofobia sigue siendo una conducta predominante dentro de la sociedad colombiana, “prueba de ello es simplemente el concepto al cual no se quiso referir la corte constitucional en los últimos días con respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo”.

El pasado 11 de noviembre la Corte Constitucional de Colombia se abstuvo de emitir un fallo sobre una demanda que pretendía legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo, por considerar que dicha petición carecía de los suficientes argumentos jurídicos.

 Castañeda añadió que la conducta homofóbica también es preponderante dentro de la Universidad Javeriana. La última tesis que asesoró en la facultad de Comunicación y lenguaje fue sobre el tipo de lenguaje que se utiliza en la universidad para referirse a los hombres homosexuales.

“Encontramos que dentro de la serie de palabras para referirse a la homosexualidad masculina hay una carga negativa, una carga despectiva. Esto lo descubrimos a través de una encuesta sociolingüística muy interesante en la que estuvimos mostrando situaciones sociales en las cuales puede emerger homosexualidad”, aseguró Castañeda.

Para este experto en género la falta de participación de la que es víctima STONEWALL “evidencia la indiferencia potencial que puede existir frente a la temática o el temor porque es muy probable que cuando te pregunten a qué grupo universitario perteneces y digas STONEWALL, pues puede conllevar a una estigmatización simultánea”.

La encuesta Bienal de Culturas 2009 realizada por la Secretaría Distrital de Cultura preguntó, en su punto treinta, a los bogotanos por el grupo de personas que no les gustaría tener como vecinos. La opción “Gente Homosexual” fue la más escogida con 24.49% de los encuestados, entre otras siete alternativas: gente que hace política, gente de la farándula, gente desplazada, gente de religión distinta a la suya, gente de una región distinta a la suya, gente de otro país, gente con un color de piel distinto al suyo.

 

Homosexuales, “hijos de Dios”

 

Según Harold Castañeda a pesar de que el vaticano tiene una postura muy clara frente a la homosexualidad y de que la Universidad Javeriana es Jesuita, el hecho de que STONEWALL haya recibido el aval del Medio Universitario  es muestra de una institución educativa  que “poco a poco empieza a flexibilizar su posición y las acciones que con respecto a este tipo de temáticas va a tomar”.

La teóloga y profesora de la facultad de Teología de la Universidad Javeriana María Ángela Payán está de acuerdo con la creación de grupos de diversidad sexual como STONEWALL dentro de la universidad porque cree que “todos tenemos derecho a ser escuchados, a defender derechos, a protestar, siempre y cuando no se genere violencia”.

Añade que para la Iglesia Católica, los homosexuales “son considerados como hijos de Dios por lo tanto merecen respeto, aceptación, compresión y como tal no pueden ser excluidos ni marginados”.

En ese mismo sentido se pronunció el observador permanente de la Santa Sede en Naciones Unidas en 2008. “El catecismo de la Iglesia Católica dice, y no es de hoy, que en las relaciones con las personas homosexuales se debe evitar cualquier señal de injusta discriminación”, anotó.

Sin embargo, en 2008 la Santa Sede se opuso a la propuesta que Francia le hizo a la ONU para promover la despenalización universal de la homosexualidad, ya que, según la Asociación Internacional de Gays y Lesbianas (ILGA), la homosexualidad es ilegal en 76 países y es castigada con la muerte en cinco: Irán, Arabia Saudí, Yemen, Mauritania y Sudán.

Durante su discurso de fin de año en 2009, el papa Benedicto XVI se opuso al matrimonio entre personas del mismo sexo y señaló que esa clase de unión constituye “la negación de las leyes de la naturaleza”.

 

La transgresión y la desesperanza en el ojo del Boom Latinoamericano

No sé si fue la represión y la falta de identidad de tantos siglos o las condiciones apremiantes que la región vivió por cuenta de las dictaduras militares y la pobreza del siglo XX, pero los escritores latinoamericanos desarrollaron, a su manera, una literatura que devela el desaliento por vivir. Sus historias y sus poemas dan cuenta de una visión clara y sin ilusiones del existir que profana el mismo instinto de supervivencia y que, por más trillado que sea, desemboca en lo que llaman: existencialismo. Estos escritores latinoamericanos entendieron que la vida es fortuita, que nadie pidió existir, y que nos conduce inexorablemente por un camino hasta la muerte. Pero ese camino no es un jardín de rosas. El proceso de la vida no lo entendemos, no comprendemos su objetivo, las cosas que pasan y mucho menos entendemos su culmen, la muerte. No entendemos la vida, que la vivimos pero aún menos la muerte que la desconocemos. Tanto esfuerzo que es vivir y al final no sabemos si hay algo por lo que en realidad valga la pena sudar.

En su esfuerzo por dar cuenta de un entorno y de una realidad incomprensible, indescifrable y cruel, los escritores latinoamericanos rompieron esquemas, transgredieron la norma, se inventaron palabras, contrariaron las convenciones sociales y resaltaron la inutilidad de las cosas que hacemos todos los días.

Para sustentar los dos párrafos anteriores he decidido hablar de la obra de tres escritores que ponen muy en claro su existencialismo y sus transgresiones: Álvaro Mutis, José Donoso y Alfonsina Storni.  Al final haré mención de algunas características similares que se pueden encontrar en otros escritores del boom latinoamericano del siglo XX.

Si hubo alguien que plasmó la desesperanza y la muerte en su obra, fue Álvaro Mutis. El desaliento hostigó a este poeta y novelista bogotano desde su primera línea. Como él mismo lo dijo, asumió la desesperanza “plenamente sin rebeldía alguna” pues fue la manera como percibió la realidad, una vez la vio desnuda y sin maquillaje. Según Mutis a mayor lucidez mayor desesperanza pues la primera nos concientiza de la tragedia que es vivir. Todo su abatimiento lo expresó a través de la lóbrega figura de la muerte: Amén (poema), Ilona llega con la lluvia (novela) y Un bel morir (novela).

En su poema Amén habla del momento inesperado en que la muerte nos puede coger. El fin puede llegar en la adolescencia, en la vejez, con los sueños cumplidos o con los sueños intactos, pero llegará. La novela Magroll el graviero es un descubrimiento del engaño que son los sueños. Estos nos mantienen con la esperanza de cumplirlos pero una vez los tocamos se nos deshacen. El desaparecimiento de los sueños es apenas lógico porque han sido creados por nuestra fantasía de una realidad regocijante, que según Mutis, no existe.

Ilona Llega con la lluvia es una novela de desesperanza. Ilona es el personaje amado del protagonista y lo único que lo hace feliz. Pero esta mujer representa la efímera felicidad, pues su cuerpo queda carbonizado en un incendio. Esta es precisamente la felicidad, no un estado permanente sino pocos momentos que nos seducen y nos ilusionan. Para el novelista colombiano la felicidad no existe sino pequeños instantes que se le parecen. La muerte de Ilona constituyó un golpe rastrero “a lo mejor de la vida”. El protagonista comienza a hacer enormes esfuerzos por mantener intactos los recuerdos, pero es consciente de que la aciaga muerte termina por devorarlos. “Porque la muerte, lo que suprime no es a los seres cercanos y que son nuestra vida misma. Lo que la muerte se lleva para siempre es su recuerdo, la imagen que se va borrando, diluyendo, hasta perderse y es entonces cuando empezamos nosotros a morir también”. Cada vez que perdemos a alguien, perdemos una ración de la “escasa dicha que nos es concedida para siempre”. La vida le produce a este personaje un “hastío sin fondo”, sobre todo cuando sabe que le espera una larga permanencia en tierra. “Malo está esto y no veo que tenga visos de arreglarse”. Ilona siempre llegaba con la lluvia, sin embargo su presencia lo sumergía en algo muy parecido a la felicidad. El hecho de que llegara con la lluvia, era vaticinador de la tormenta que se avecinaba, de la felicidad que caminaba delante de la desesperanza.

El miedo, el desánimo y la soledad se hacen presentes en Un bel morir. En esta novela, el marino se ve envuelto en una turbia trama entre el ejército y unas bandas criminales, en donde evidencia la “crueldad fría y gratuita de la que solo es capaz nuestra especie”. Cómo no sentir desaliento cuando sabemos que podemos perpetrar la “bestialidad de una masacre” contra otros miembros de nuestra misma especie.

Álvaro Mutis acuñó la frase de su madre: “hay que…eso jamás”. Con esto se refería a que nadie debe decirle a uno lo que debe hacer o pensar. Su literatura terminó por constituir una transgresión a la vida, a la esperanza y a los sueños. Desnudó la realidad que la mayoría no ven o no quieren ver. Se enfrentó a la idea de la lucha y el sacrificio por una vida mejor, arraigada en las gentes de estas tierras y puso al descubierto la inutilidad de lo que hacemos y de lo que soñamos.

Por su parte Alfonsina Storni puso de manifiesto la profunda desesperanza de las mujeres, que para ese entonces vivían sometidas a los hombres. Sus poemas parecen una apología del odio hacia ellos y unas ganas inmensas por demostrar que la mujer es capaz de vivir sin el sexo opuesto. Storni perdió toda esperanza de encontrar al hombre perfecto, refinado y galante y se encargó de desvanecer los sueños de todas las mujeres que lo seguían anhelando. Esta escritora suiza criada en Argentina decidió, en contra de las convenciones sociales, ser madre soltera. Se abrió paso en un círculo tan cerrado y machista como el de los poetas, hasta que finalmente ellos la reconocieron como una verdadera hacedora de poesía. Acosada por las deudas se presentó en toda clase de trabajos, algunos exclusivos de hombres. Según Josefina Delgado, a los 23 años, Alfonsina, tenía claro que el hombre era un aliado circunstancial con el que la mujer solo podía compartir placer.

Su primer compendio de poesía se llamó La inquietud del rosal y fue rechazado por las mismas mujeres por inmoral. No obstante siguió empecinada en mostrar la deplorable condición del sexo femenino frente al masculino. En Rueda (Ocre, 1925) se expresa de los maridos como un “engaño”. Ella es consciente de que el hombre fino con el que las mujeres sueñan no existe pero sigue conservando la esperanza de encontrarlo. Se reprocha ese anhelo perdido y manifiesta querer curarse de esa esperanza a la que llama “daño”. En este mismo poema señala que los hombres no valen la pena.

En La otra amiga (Ocre 1925) declara que aunque las mujeres tienen muchos adoradores, siempre salen perdiendo en los negocios de amores. Considera que son los hombres quienes necesitan a las mujeres para que los pulan, los refinen y les satisfagan su instinto desatado. Pero a pesar de todo el esfuerzo, cuando la mujer les pida el corazón nunca lo van a obtener. En Y agrega la tercera (Ocre, 1925), señala que los hombres buscan en las mujeres un poco de fiesta, algo que les haga la vida más liviana. Solamente eso.

Para dar cuenta de la transgresión de esta escritora me remito a una frase de Josefina Delgado: “Alfonsina Storni es un nombre que empieza a levantar en los primeros años del siglo XX, La punta de un manto de ignorancia con el que cubre la sociedad hipócrita, convencional y mentirosa, a esos seres llamados mujeres.”

El poema Tú qué me quieres blanca constituye una reivindicación de las mujeres. Las incita a que sean ellas mismas porque sí es posible.  En Hombre pequeñito (El Dulce daño, 1919), llama al hombre “pequeñito” porque no entiende ni entenderá a la mujer. Ese hombre “pequeñito” tiene cautiva a un canario (la mujer) que quiere volar. En Siglo XX (languidez, 1920), Alfonsina, critica la consumación de la vida de la mujer mientras está encerrada dentro de las cuatro paredes de una casa. Quizás uno de sus poemas más conmovedores es La que comprende (Languidez, 1920) en donde una mujer, que comprende cuan complicada es la existencia de ellas, le pide a Dios que su hijo, que viene en camino, no nazca mujer.

Alfonsina Storni vio visos de rebeldía en su progenitora, de querer liberarse de esa tiranía masculina. Por eso al liberarse ella y tratar de liberar a las demás sintió que también liberaba a su madre. Sus poemas, en general, constituyen fuertes críticas al egoísmo de los hombres y a la utilización de la mujer como un sujeto pasivo.

Para el escritor chileno José Donoso la felicidad “solo se vive a rachas”. Su desesperanza radicaba en el hecho de reprimir su condición sexual y de tener que aparentar una vida opuesta a la que él hubiese querido. En varias de sus cartas encontradas  en la biblioteca de la Universidad de Iowa se pone de manifiesto la relación entre la úlcera y su escritura. Escribir para él era transgredir. En sus novelas plasmaba todo lo que no era capaz de sacar a flote en la realidad. Era una forma de vida paralela que le servía de catarsis. En esos mismos documentos se evidenció la neurosis con la que convivió casi toda su vida. La falta de libertad lo hacía odiar todo: su casa, sus amigos, su esposa, su literatura, su vida, etc.

José Donoso empleó un lenguaje crudo y violento en sus novelas. No fue irónico y a las cosas las llamó por su nombre. Sus temáticas fueron tabúes y en muchas partes del globo terrestre siguen siéndolo. Le encantaron los personajes marginados y resaltó la decadencia de un mundo pasado que lucha por mantenerse. Sus críticas contra la mojigatería latinoamericana fueron constantes. Por eso prefirió vivir en Estados Unidos y en Europa, porque allí las apariencias no juegan un papel tan protagónico y las señas exteriores poco importan. Su deseo por la libertad era tal, que cuando escribía lo hacía de forma libre. No planificaba sus novelas, ni tenía pautas de escritura sino que sus ideas llegaban desde el fondo de su alma imponiéndose y definiendo su personalidad.

El Lugar sin límites es una novela en donde Donoso hace gala de la transgresión a través del lenguaje. Palabras como “maricón”, “locas”, “casa de putas” y “jeta”, son una constante a lo largo de la obra. El tema de la homosexualidad prefiere retratarlo de forma grotesca, aberrante y monstruosa en lugar de romántica y majestuosa. Las temáticas dentro de la obra son contrarias a las convenciones sociales de la época y retrata vigorosamente características de la sociedad latinoamericana como: la doble moral, el culto por las apariencias,  la cobardía, el culto a la anatomía femenina y la hipocresía.

En su obra cumbre, El obsceno pájaro de la noche, los marginados juegan un papel fundamental. Los personajes principales son almas que no importan: viejos, huérfanos y deformes. La familia aristocrática, encarnada por los Azcoitía, representaba a una clase hegemónica dispuesta a todo por guardar las apariencias. La hipocresía y la mojigatería se hacen evidentes en ellos. La novela toca temas “impúdicos” como el voyerismo y la violación.

El lenguaje empleado en esta obra es crudo y sin censura. La peor parte se la lleva la vejez. A las viejas las describe como “imbéciles”, “decrépitas”, “miserables”, “anárquicas” y de “cuerpos hediondos”. El sexo es un tema protagónico en la novela, y palabras como “culiarme” son frecuentes.

Como dije anteriormente, las características descritas en Álvaro Mutis, Alfonsina Storni y José Donoso no están presentes exclusivamente en ellos tres sino en casi todos los autores estudiados durante el semestre. Jorge Luis Borges hace gala de la amargura y el pesimismo en A un poeta menor de la antología (1964), La vuelta (1923), El amenazado (1972) y Mi vida entera (1923). Roberto Arlt adopta una postura negativa y apocalíptica. Ataca a la familia, al matrimonio y al egoísmo de los humanos. El existencialismo es evidente en algunos poemas de César Vallejo. Considera que algunos golpes de la vida parecen venidos del odio de Dios. En Trilce pulverizó las normas estéticas y retóricas. Por su parte en Ernesto Sábato predomina una visión trágica de la vida. Es descreído del altruismo y considera que la vanidad y la soberbia caminan al lado de la bondad, la abnegación y la generosidad. Gabriela mistral recurre constantemente al tema de la muerte. Entrega a sus lectores una sensación de vacío no solo de la mujer sino del hombre latinoamericano en general. Sus textos constituyen fuertes críticas a la pobreza, la violencia, a la marginación como elemento contemporáneo de rechazo y al mismo tiempo como proceso para que la mujer campesina tradicional se supere. Juan Rulfo destaca la visión humana universal de la marginación y la vida infrahumana del campesino de Jalisco. La “situación miserable” es la constante en sus cuentos.  Según Enrico Mari Santi “leer a Lezama Lima es un evento apocalíptico”. La muerte y el fin están siempre presentes en su poesía. En Farewell, Pablo Neruda rechaza la visión tradicional de la familia, aboga por el desapego amoroso y el amor libre. Durante su etapa “Residenciario” manifestó su negativismo de tal forma que posteriormente renegó de estas obras por haber transmitido sentimientos sombríos a tantos jóvenes. En su etapa “autobiográfica” el sentimiento de melancolía, de lucha con la fe, constituyen un intento por no sucumbir. Julio Cortázar se caracterizó por su rebeldía literaria. Fue influenciado en gran medida por la vanguardia ultraísta, que dentro de las vanguardias fue la más irreverente. Luchó contra los estereotipos narrativos heredados, tanto que propuso un nuevo lenguaje llamado Glíglico, al que llamó el lenguaje de los enamorados. Glíglico fue una crítica a la rigidez del lenguaje. Historia de cronopios y de famas es una subversión en contra de lo establecido y del aburrimiento a la cotidianeidad.  El cubano Nicolás Guillén se opuso al imperialismo estadounidense y su poesía fue una oda a la cultura negra. Con el lenguaje de los negros peleó en contra de la burguesía y en contra de las dictaduras de Machado y Batista. Su vanguardia implicó revolución estilística, literaria y social. Para Carlos Fuentes “las ideas son armas” y su estilo de escritura es muy crítico. Mario Benedetti criticó, con su poesía, al dinero como motor de todas las acciones del ser humano. Le molestaba sobremanera la monotonía de una vida meramente mecanicista: el trabajo, las semanas, el calendario, etc. En Preguntas al azar se lamenta por la ausencia de su Uruguay pero a su regreso se siente ajeno. Se queja de un reino (Latinoamérica) “metido en los rencores y en el miedo, en las vacilaciones y en la mugre; en la desilusión y en la modorra”. Elena Poniatowska denuncia en sus novelas las injusticias hacia las clases menos favorecidas. Sus novelas testimoniales tocan temas como la represión del campesino y los grupos sociales marginados. Sus crónicas tienen intención de denuncia y apoyo a las propuestas de libertad. El nobel de literatura 2010, Mario Vargas Llosa, es crítico de los gobiernos autoritarios, del machismo, de la ley del más fuerte y de la violencia.

Medios de Comunicación Estadounidenses: racismo y xenofobia

Pensar en la actualidad en una vida sin medios masivos de comunicación sería completamente inconcebible.  La idea de desconectarnos del flujo constante de  información, de  interpretación, de expresión y de entretenimiento mediático sería un cambio radical en nuestra forma de vida y en la manera en que satisfacemos nuestras necesidades como sociedad.  Y es que precisamente los medios de comunicación nacieron con la idea de satisfacer las necesidades de una sociedad por educar, informar, entretener, interpretar y expresar.  Estas necesidades fueron  complacidas parcialmente por los medios de comunicación, ya que el mensaje tenía un radio muchísimo más amplio, permitiendo la cohesión de las sociedades.

 Según  Mauro Wolf en su texto La Investigación de la Comunicación de Masas: “La situación social produce tensiones y conflictos, que el consumo de mass media atenúa; la situación social crea la conciencia de determinados problemas que exigen atención, y la información sobre ellos puede buscarse en los media”[1].  Pero desgraciadamente también vemos como los medios de comunicación se han vuelto el canal a través del cual muchos inescrupulosos profieren su discurso del odio, cargado de mensajes racistas y xenófobos.  El relator especial de los derechos humanos de los migrantes de la ONU, Jorge Bustamante dijo, con respecto a la discriminación racial y xenófoba en los medios de comunicación estadounidense: “esto ha crecido, no ha disminuido en lo más mínimo.  Hay un rechazo al reconocimiento de las artes positivas de la inmigración y solamente se destacan las negativas”.[2]

Para los teóricos norteamericanos de la posguerra, la igualdad y la libertad son compatibles gracias a los medios de comunicación. La cultura de su pueblo es una cultura de masas, pero no en el sentido peyorativo sino en el sentido democratizador. El cine, la revista, el periódico y la publicidad han permitido la circularidad de la cultura y la difusión del conocimiento. La clase hegemónica transmite mensajes a la clase subalterna pero, también y gracias a los medios, la clase subalterna transmite mensajes a la clase hegemónica. Todo esto, según ellos, hizo posible la construcción de una sociedad justa, con mayor igualdad y libertad.

¿Serán ciertas las bondades democratizadoras de los medios de comunicación Estadounidenses para combatir el racismo y la xenofobia?

Si bien los medios de comunicación han servido para difundir el conocimiento, estos no han evitado que la clase hegemónica, los dueños de los medios, sigan utilizándolos como canal para proferir sus discursos de odios. El racismo y la xenofobia en Estados Unidos existen, y aunque su ordenamiento jurídico lo prohíbe, es obvio que los medios han contribuido a que culturalmente se arraiguen más entre la población.

Chiristopher Antal, presentador de un canal por cable en la ciudad de Marlboro, Estados Unidos fue denunciado por haber arrancando la bandera de Brasil, previamente atada a un árbol, arrojarla al piso, pisotearla y orinar sobre ella, mientras despotricaba de los inmigrantes provenientes del país sudamericano.  Desgraciadamente, y aunque la Asociación Americana-Brasileña de Framingham exigió a las autoridades del canal que dejaran de exhibir esa imágenes, no se ha hecho nada al respecto puesto que el director del programa alega que la constitución estadounidense protege la libertad de expresión, lo que lo hace incensurable.

Durante los trágicos días posteriores al huracán Katrina, hubo críticas con respecto a la forma cómo respondió el gobierno de ese entonces, y a la manera cómo los medios de comunicación cubrieron la noticia.  El reverendo Jesse Jackson y Michael Moore (encabezando a varios líderes afroamericanos) atribuyeron la demora en las ayudas por parte del gobierno y la forma errada en el cubrimiento de la noticia al hecho de que el 60% de los habitantes de nueva Orleans sean negros, y que el 90% de quienes se quedaron en la ciudad eran afroamericanos.  Según ellos durante los cuatro días posteriores a la tragedia en donde no hubo comida ni agua en los centros de refugio, los medios de comunicación se empecinaron en calificar de “saqueadores” y “ladrones” a quienes ingresaron, movidos por el afán de supervivencia, a supermercados destruidos por el huracán para dotarse de comida y agua.  El caso más crítico fue el de Fox News que hizo enfáticos llamados a reprimir a los saqueadores, dejando como algo secundario resaltar los hechos de que los afectados no tenían agua ni comida, y que las ayudas por parte del gobierno no habían llegado.

Estos comentarios generaron mucha controversia entre el gobierno y los medios de comunicación hasta el punto de que la cadena Fox News dedicó el programa de Bill O’reilly a desmontar los argumentos de quienes piensan que el problema fue la raza.  Según Jackson este programa no logró desmontar los argumentos en absoluto porque hasta los propios periodistas de la cadena, muy entre líneas, contradicen sus argumentos.

Por otro lado, grupos anti-inmigrantes y rancheros racistas están usando el internet, la prensa y la televisión para reclutar voluntarios para ir a cazar inmigrantes en la frontera estadounidense con México.  Estos grupos están recibiendo importantes apoyos de organizaciones fascistas tales como: Coalición californiana por la Reforma de inmigración, y las religiosas World Church of the Creator (iglesia mundial del creador) e identidad cristiana, quienes paradójicamente profesan el amor a Cristo y el odio por los inmigrantes.  Algunos de los jóvenes miembros de esta iglesia son boneheads, quienes proclaman RaHoWa (racial holy war-guerra sagrada racial, una jihad blanca supremacista).

El caso es tan grave que incluso el 3 de mayo del 2002, rancheros de Arizona, todos a caballo, con perros sabuesos y armados con escopetas y pistolas, invitaron a la cadena ABC para que registrara cómo se divertían a la zaga de inmigrantes que intentaban cruzar la frontera. La cadena televisiva registró cómo nueve inmigrantes fueron atrapados, maltratados y amenazados de muerte y después de soportar toda clase de insultos fueron entregados a la migra.  En esa misma área se encontró el cuerpo de un inmigrante con marcas de lazo  en su cuello y señas de haber sido maltratado.

Martin Luther King tenía un sueño. Quería un mundo en el que la concentración de melanina que posee un ser humano no trascendiera en la manera como este es juzgado. Con su ímpetu luchador consiguió que la Ley de Derechos Civiles incluyera muchos de sus avances en contra de las normas segregacionistas, hizo escuchar la voz de los oprimidos y, por algunos instantes, logró que el pueblo norteamericano se sintiera como una nación igualitaria. Sin embargo, esa sensación sólo fue real durante eso, unos frágiles instantes. A pesar de haber dedicado su vida a una causa que aparentemente tuvo éxito, 41 años después de su muerte, la misma historia que hizo grande a este reverendo, prueba que la continuidad de su obra ha sido una ilusión.

Los Estados Unidos de América se proclaman con orgullo la nación del sueño americano, que pregona igualdad de oportunidades para todos. Una mirada más allá del discurso nacionalista permite ver lo falaz del argumento que se desarrolla en una patria indiferente. En la misma ciudad donde hace 4 décadas el líder afroamericano recitó su histórico discurso, podemos encontrar en cada esquina una historia sin contar, casos dejados en el olvido del mismo Estado que se declara en contra del racismo.

A finales de 1955, la costurera negra de 43 años Rosa Parks fue detenida por la policía local. Su delito fue haberse sentado en la sección para blancos de un autobús del transporte público. Más de cinco décadas después, casos similares se siguen presentando. El artículo “el sueño americano sigue en BLANCO Y NEGRO” de la periodista Alejandra Balcázar nos cuenta el caso de Patricia Williams, ciudadana estadounidense que recibió un trato poco equitativo por parte de un banco a la hora de comprar su casa en Washington D.C.  Esta afroamericana solicitó un préstamo a un reconocido banco de su país, que después de estudiar su hoja de vida  y los ingresos anotados presumió que Patricia era blanca.  El funcionario del banco tachó en la solicitud la casilla de “raza blanca” en el formato para la compra de la casa.   Cuando la mujer de raza negra se percató de ello volvió a presentar su hoja de crédito especificando que era de raza negra, y como por arte de magia, el banco exigía mucha más plata como parte de la cuota inicial.  También le exigía que pagara más puntos por el crédito y una tasa de interés más alta.

La razón  que explica la manera de proceder recalcitrante del banco, pone de manifiesto que la segregación en Estados Unidos sigue vigente.  El banco explica que el valor de la propiedad raíz en el barrio donde Patricia quería comprar la casa, súbitamente se había caído y que por lo tanto ella debía pagar más para cubrir los riegos.  Obviamente la caída del valor en la propiedad raíz la había causado esta afroamericana.  Cuando un negro ingresa a un barrio de blancos, los blancos prefieren salir en desbandada.

Es evidente que la segregación racial en el país del tío Sam no ha cambiado mucho desde el asesinato de Martin Luther King Jr., hace cuarenta años.  El líder propugnador de la igualdad racial por medios no violentos, que logró por vía pacífica que el número de asientos para negros y blancos fuese el mismo en el transporte municipal, se estremecería al saber que cuarenta años después no haya integración entre negros y blancos sino que simplemente cada cual ocupa un espacio de la ciudad, el que cree que le pertenece.

El caso de Patricia Williams no es el único ni el más aterrador.  Un estudio reciente muestra que los adolescentes que más se suicidan son los negros de clase alta.  La explicación psicológica que se atribuye a esta estadística es que escalar socialmente no es fácil y que los pocos negros que lo han logrado tienen que vivir alienados en medio de los blancos.

Por otro lado muchos racistas se escudan en el hecho de que los mayores actos delictivos en los Estados Unidos son cometidos por negros, para justificar sus actos xenófobos. Las estadísticas muestran de que las probabilidades de que un joven negro ingrese en una prisión federal son del 31,5%, mientras que las posibilidades de que el joven sea blanco son del 2,5%.  Esta cifra está íntimamente relacionada con el hecho de que la clase social más baja esté compuesta en su mayoría por negros,  lo que por supuesto la hace más vulnerable a cometer actos delictivos.

Desde la muerte del líder afroamericano el 4 de abril de 1968 varias cosas han empeorado en Estados Unidos.  Para ese año el promedio de ingreso anual de un hogar afroamericano era de U$60,782, mientras que al de uno blanco era de U$ 84,891.  Para 1975 la diferencia en dólares superaba los U$ 40,000, y según cifras del instituto urbanístico, la población negra pobre se ha triplicado desde 1968.

Algunas cosas también han mejorado considerablemente desde la muerte de Martin Luther King.  En 1968 el porcentaje de jóvenes entre 18 y 24 años que habían terminado su bachillerato era del 64%, mientras que el porcentaje de jóvenes que habían terminado su bachillerato 30 años después era del 77%.  Además el número de negocios cuyos propietarios eran de raza negra pasó de ser de 172,200 en 1968 a 405,200 treinta años después.  También el porcentaje de jóvenes blancos que aceptaron haber tenido una cita con gente negra del sexo opuesto pasó de ser del 17% en 1968 al 57% treinta años después.

En conclusión las bondades democratizadoras, igualitarias y libres de los medios de comunicación de la primera potencia mundial no han contribuido a combatir el racismo y la xenofobia sino, por el contrario, la han exacerbado. El cubrimiento de la noticia por parte de los principales medios de comunicación sigue siendo segregacionista; los grupos anti-inmigrantes están haciendo uso de la internet, prensa y televisión para reclutar voluntarios; el promedio de ingreso anual de un hogar afroamericano es, hoy, más bajo que hace 40 años cuando existía, supuestamente, mucho más racismo; la clase social más baja está compuesta en su mayoría por negros y, por si fuera poco, cuando un afroamericano entra en un barrio de blancos el valor de la propiedad raíz cae.

 

 

 

Bibliografía

  • Vergara, Osvaldo. “Racismo y Xenofobia en Estados Unidos.” Rodolfowalsh. 31 Jan. 2007. 19 Jan. 2009.
  • “¿Discriminación racial o social en la palestra?” El espacio de Lubrio. 02 Sept. 2005. 19 Feb. 2009.
  • “Relator de la ONU lamenta que xenofobia empape debate migratorio.” Radio la primerisima. 11 June 2007. 19 Feb. 2009.
  • Wolf, Mauro. La investigación de la Comunicación de Masas. Barcelona: Paidós, 1987.

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  • Jimenez, Gabriel. “Discriminación en la Red: racismo, odio, xenofobia …” Article archives. 25 Dec. 2002. 19 Feb. 2009.
  • Balcazar, Alejandra. “El sueño americano sigue en BLANCO Y NEGRO.” Gaceta 19 Apr. 1998: 10-13.

 


[1] Wolf, Mauro. La investigación de la Comunicación de Masas. Barcelona: Paidós, 1987.

[2] “Relator de la ONU lamenta que xenofobia empape debate migratorio.” Radio la primerisima. 11 June 2007. 19 Feb. 2009.

El mercader de Venecia: apología al antisemitismo

Desde que apareció el cristianismo, apareció, también, la persecución de los judíos. El antisemitismo, ideología que pregona el odio por la cultura judía, ha sido promotor de grandes iniquidades y ha derramado torrenciales ríos de sangre. En el Medioevo fueron frecuentes los hostigamientos hacia la religión y las costumbres judaicas en los Estados cristianos. Por ejemplo, los judíos fueron expulsados de territorio español en 1492 por los Reyes Católicos.

Cuando leí El Mercader de Venecia, de William Shakespeare, no pude evitar recordar el odio y la saña que profesó el régimen nazi por los judíos. Posiblemente Shakespeare no odiara a los judíos pero es innegable que los tenía en baja estima. Supongo que si Hitler hubiera leído esta obra, habría reforzado su aversión por este pueblo y habría matado más de los 6 millones de judíos que perecieron durante su régimen. El Mercader de Venecia retrata a los judíos en su peor pose a través de un personaje, Shylock, ambicioso, avaro, cruel y mezquino. El gran antagonista de la obra es un judío. Sus comportamientos reprochables no son atribuidos a una persona en particular sino a una raza y a una cultura: la Judaica. Los protagonistas son seres nobles y de buenas intenciones que ven sus planes truncados por la sevicia de un judío inmisericorde. El cristianismo es puesto en un pedestal. Los cristianos son, en la obra, seres que creen en el amor, en la lealtad y en el vínculo afectivo que puede nacer entre las personas. Por su parte, los judíos son seres obsesionados por sus posesiones materiales y por atesorar.

El Mercader de Venecia, aparte de ser una obra entretenida y con descripciones majestuosas, constituye, con o sin intención, una exaltación de los cristianos especialmente a través del valor de la lealtad; y una degradación de los judíos, remarcado por su avaricia. También es posible encontrar asomo de racismo, desprecio por las razas distintas a la blanca, y los problemas y las injusticias que se generan a partir de la aplicación de la ley al pie de la letra, es decir de una interpretación exégeta.

Los cristianos se sienten superiores a los judíos porque, estos últimos, condenaron y crucificaron al mesías. Por su parte, los judíos no consideran a Jesús un mesías sino como un profeta, igual que David o que Salomón. La animadversión que se profesan estas dos religiones queda manifiesta en El Mercader de Venencia. La obra siempre exalta con buenas acciones y buenos valores a los cristianos.

Cuando Basanio le pide dinero prestado a Antonio para acometer su gran empresa, conquistar a Porcia,  este se muestra generoso y está dispuesto a ayudarlo desinteresadamente. Te ruego, bueno Basanio, hazme saber; y si son honorables, te aseguro que mi bolsa, mis medios, mi persona están abiertos a tus requerimientos.”, le dijo Antonio a su dilecto amigo Basanio. Pero Basanio, también cristiano, siente vergüenza de pedir semejante favor y vacila en hacer su pedido. Basanio es un hombre honesto que no quiere aprovecharse de su amigo Antonio pero se ve en la necesidad de recurrir a él. Antonio, al ver que Basanio dudaba en hacerle su requerimiento, le dice: “Y me hiere más que pongas en cuestión mi voluntad de hacer por ti lo que pueda que si derrocharas todo lo que tengo.” El vínculo entre dos amigos cristianos es muy fuerte y cada uno está dispuesto a hacer lo que fuere por el bienestar del otro. La lealtad y la solidaridad se ven implícitamente en este tipo de diálogos.

Prestar a usura ha sido un acto reprochable de seres impíos que se aprovechan de la necesidad ajena para enriquecerse. Por eso Antonio se enorgullece de no caer en la trampa de la usura y se lo dice enfáticamente a Shylock, el judío prestamista. “Yo no presto ni pido prestado. No cobro ni pago intereses”. Era propio de seres avaros y crueles prestar dinero y cobrar intereses y por lo tanto impropio de un buen cristiano como Antonio. Pero en esa ocasión se había visto obligado a pedirle dinero a Shylock para ayudar a su amigo Basanio. Además era función de Antonio reprender con severidad a quienes cometieran actos inicuos, por eso Shylock se quejaba del trato que Antonio le había dispensado en el pasado: “Señor Antonio, a menudo y con frecuencia me has reprendido en el Rialto por mi dinero y por mis prácticas.”

Después de pactadas las condiciones del préstamo, Antonio se sintió profundamente agradecido con el judío, pese que el pagaré era un trozo de carne de cualquier parte de su cuerpo si se incumplía el plazo para pagar los tres mil ducados. “El hebreo se hace generoso. Se hace Cristiano.” Le dice Antonio a Basanio al finalizar el negocio con Shylock. Es evidente que este tipo de afirmaciones exaltan al cristianismo y lo ponen muy por encima del judaísmo. Los cristianos son generosos pero los Judíos no.

En la obra la lealtad es intrínseca al cristiano. Antonio da la vida por el vínculo que lo une a su amigo y está dispuesto a arriesgar su fortuna y su cuerpo para ayudarlo.  “Creo que Antonio no vive en el mundo más que para Basanio. Te ruego que vayamos a encontrarlo y con alguna distracción lo aliviemos del peso que lo abruma.” Le dice Solanio a Salerio, ambos amigos de Antonio. Además, esta frase nos indica la solidaridad del cristiano: Solanio y Salerio no abandonan a su amigo en la tribulación sino que lo ayudan.

Los judíos por su parte son representados por Shylock, un hombre dominado por la avaricia y por la crueldad. La degradación del judío es ostensible a lo largo y ancho de la obra. Shylock es un hombre calculador, que no da un paso en falso y que busca que todo su proceder lo lleve a la acumulación de riqueza. Por eso piensa que Antonio es un pusilánime: “Vaya aspecto de publicano santurrón. Lo odio en primer lugar porque es cristiano, pero más aún porque en su estupidez presta dinero gratis, y así devalúa la tasa de interés aquí en Venecia.” El judío es incapaz de prestar dinero sin interés y no conoce la misericordia ni la solidaridad, ambas características cristianas.

Shylock, además, es un hombre extremadamente cruel y vengativo. Pudiendo pedir cualquier cosa como pagaré de su deuda, pide un trozo de carne de Antonio: “La multa será una libra exacta de tu carne intachable, a ser cortada de la parte de tu cuerpo que me plazca.” El judío prefiere cobrar venganza y matar a Antonio que recuperar sus tres mil ducados, pese a que su mayor fetiche es el dinero.

Ni siquiera los esclavos de Shylock lo tenían en buen concepto. Su esclavo Lancelot, que es cristiano, lo tacha de demonio. Es obvio, pues para muchos cristianos los judíos son la encarnación del mal. Cuando Lancelot planeaba huir de las garras de su amo y trabajar para Basanio, pensaba para sus adentros: “Si fuera por mi conciencia, habría de permanecer con mi amo judío, quien, Dios me libre, es una especie de demonio.” Pero finalmente se decidió, muy a pesar de su conciencia, a abandonar a su amo: “Ciertamente el judío es la encarnación del demonio; y, en conciencia, es duro que mi conciencia me aconseje permanecer con el judío.”

El esclavo Lancelot aborrece de tal manera al judío que disuade a su padre de entregarle un regalo: “Mi amo es el más judío de los judíos. ¿Darle un regalo? ¡Que sea una soga para ahorcarse! A su servicio me estoy muriendo de hambre.” Ser el más judío de los judíos es como ser el más cruel entre los crueles, según la obra. La palabra “Judío” es claramente un adjetivo descalificador.

La propia hija de Shylock lo desprecia. Se avergüenza de sus costumbres judaicas y buscó la oportunidad de alejarse de ellas para convertirse al cristianismo. Jessica planeó escarparse con Lorenzo, un cristiano: “¡ay que pecado aborrecible avergonzarme de ser hija de mi padre! Pero aunque soy su hija sanguínea no lo soy por sus costumbres. Oh, Lorenzo, si guardas tu promesa pondré fin a esta pugna convirtiéndome en cristiana y en tu esposa.”

Los lazos familiares de los judíos son, también, puestos en entredicho. Un judío es tan perverso, según la obra, que prefiere sus bienes materiales a sus hijos. Cuando Shylock se percata de la traición de su hija, se preocupa, principalmente, por las riquezas que ella se llevó consigo: “¡Una bolsa, dos bolsas llenas de ducados! Ducados de doble valor, robados por mi hija, y joyas, dos piedras preciosas que mi hija me robó. ¡Que la encuentren! ella tiene las joyas y ducados.” A Shylock lo que realmente le importaba era recuperar sus bienes y no su hija. De hecho, cómo él mismo agregó: Preferiría que mi hija estuviera muerta a mis pies, con los ducados en el ataúd y Las joyas en las orejas.”

Los jueces de Venecia, personajes muy respetables, tampoco querían a los judíos. Durante el juicio, el Dux le pidió a Shylock que tuviera misericordia de Antonio pero al ver que sus ruegos eran inútiles, le dijo a la víctima: “Lo lamento por ti. Has venido a responder a un enemigo de piedra, criatura miserable, inmisericorde e incapaz de compasión.”

Después del juicio, en el que Porcia se hizo pasar por el juez Belario y en el que Shylock fue condenado a pagar la mitad de sus bienes a Antonio, el judío prefirió morirse a quedarse sin sus riquezas: “Si me arrancan los medios con que vivo, me quitan la vida entera.”

Es así pues, con estos ejemplos, como se percibe claramente la degradación del judaísmo en la obra de Shakespeare. La avaricia del judío es siempre contrastada con la generosidad y nobleza del cristiano.

El mercader de Venecia presenta, también, asomos de una ideología racista. La raza caucásica es elevada mientras que las razas mestizas son despreciadas. Cuando el príncipe de Marruecos, pretendiente de Porcia, eligió el cofre de Oro que no contenía el retrato de Porcia, esta reaccionó así: “Qué alivio. Corran las cortinas. Que se vaya y que todos los de su color yerren igual.” El príncipe de marruecos tenía el color dorado propio de quien ha vivido bajo soles inclementes. Porcia era de raza blanca y quedó demostrado que no le interesaba que ninguno que no fuera blanco abriera el cofre que contenía su retrato.

Así mismo existe racismo hacia los judíos. No se desprecia a los judíos solo por sus comportamientos reprobables sino por su misma condición de judío. Shylock justifica su determinación inexpugnable de hacer cumplir la sentencia pues Antonio lo ha despreciado por la única razón de ser judío: “¿Acaso un judío no tiene ojos? ¿No tiene un judío órganos, manos, miembros, sentidos, afectos y pasiones? ¿No se alimentan con la misma comida? ¿No le hieren las mismas armas, no es presa de las mismas enfermedades, y sana por los mismos medios, no se entibia o refresca en los mismos inviernos y estíos al igual que un cristiano? Si nos pinchan, ¿No sangramos? ¿No reímos si nos hacen cosquillas? ¿No nos mata el veneno? Y si nos hacen mal, ¿No tomamos venganza? Si somos como ustedes en el resto, también nos parecemos en eso.”

Queda claro con la obra que Venecia era una ciudad en donde las leyes eran sagradas. El respeto por la legalidad y por la aplicación exacta de la ley era lo más excelso en aquella ciudad. El mercader de Venecia pone de manifiesto las injusticias que se cometen cuando la aplicación de la ley se da al pie de la letra. La interpretación exégeta de la norma puede ser mucho más inicua, en algunas ocasiones, que la transgresión de la misma. Aunque el trato entre Antonio y Shylock era injusto a los ojos de todos, incluido el juez, no había más remedio que hacerlo cumplir. El mismo Antonio aceptaba que se le aplicara la ley: “El dux no puede alterar el curso de la justicia; pues si se menospreciara la garantía de la cual gozan los extranjeros en Venecia sería el fin del Estado de derecho, ya que el comercio y las ganancias de la ciudad dependen de todas las naciones.”

A las autoridades de Venecia no les convenía condonar a Antonio y contrariar el pacto, pues de hacerlo, se sentaba un precedente en detrimento del derecho. Sin embargo, el juez, en reiteradas ocasiones, exhorta a Shylock a que tenga misericordia de Antonio y le perdona la vida. Shylock, por su parte, está empecinado en obtener su multa y le dice al Dux: “Yo he informado a Su alteza mi propósito, y he jurado por nuestro sagrado Sabbath obtener la deuda y la multa del contrato. Si me lo niegan, se verá menoscabada su constitución y la autonomía de Venecia.” Además agrega: “Si me la niegan, ¡que la vergüenza caiga sobre sus leyes! De nada valdrían los estatutos de Venecia.”

Los venecianos sabían que en la aplicación de sus leyes se cometían muchas injusticias y por eso apelaban a la misericordia. Porcia, disfrazada del juez Belario, le dice a Shylock: “Por lo tanto Judío, aunque reclames justicia, considera que si por justicia fuera, ninguno de nosotros estaría a salvo. Rogamos por piedad y ese mismo ruego nos enseña a responder con actos de piedad. He dicho todo esto para mitigar tu demanda de justicia. Pues, si insistes, necesariamente esta severa corte de Venecia deberá dictar sentencia contra el mercader.”

Después cuando Porcia descubre una ley veneciana que castigaba a quienes directa o indirectamente les hicieran daño a un cristiano decidió considerar el pacto como un daño indirecto a un judío. Por lo tanto, Shylock debería desagraviar al mercader entregándole la mitad de sus bienes. Ante semejante sentencia, el judío profiere ruegos al juez (Porcia) para que reconsidere la decisión. A lo cual Porcia le responde: “Imposible. No hay en Venecia poder que pueda alterar un decreto establecido. Quedaría registrado, sentaría precedente y en el estado se cometerían muchos errores semejantes. No se puede.”

En conclusión se podría considerar a El mercader de Venecia como otra de los tantos colosos que escribió Shakespeare. Pero es preciso decir que por su contenido, refuerza los estereotipos y los prejuicios contra los judíos; exalta la benevolencia del cristiano; contiene algo de ideología racista y resalta los problemas de la interpretación exégeta de la ley.

Ensayo Crimen y Castigo: La razón no siempre es una buena consejera

Crimen y Castigo del escritor ruso Fedor Dostoievski es una novela profundamente reflexiva que genera un rompimiento de esquemas mentales en el lector y lo obliga a replantear sus pensamientos. Esa es precisamente la principal labor del arte: abrir los ojos, desvelar, revelar lo escondido, hacer pensar y desnaturalizar costumbres y acciones. Esta novela rusa, clásica de la literatura universal, nos obliga a pensar sobre el origen del mal; la conveniencia del pensamiento racional y utilitarista; la constante lucha que libra el ser humano en contra de su consciencia, costumbres y principios de crianza; la megalomanía a la que somos proclives; la vanidad como objetivo último de nuestras acciones; y la existencia del amor incondicional.

Raskolnikof, protagonista de la historia, es un joven estudiante inteligente que decide un buen día poner en práctica sus elucubraciones filosóficas. Este joven parece comulgar con la doctrina del utilitarismo y la racionalidad y por eso piensa que toda acción es éticamente correcta si su beneficio supera a los costos. Un buen día decide asesinar a una señora usurera de San Petersburgo en aras de hacerle un bien a la humanidad.  Después de sopesar ventajas y desventajas, llega a la conclusión de que sería muchísimo más útil sacrificar una vida a cambio de librar a muchas personas de las vejaciones de una “vieja usurera” y de destinar sus recursos a obras de caridad que podrían salvar muchas vidas.

“Cien mil obras útiles se podrían mantener y mejorar con el dinero que esa vieja destina a un monasterio. Centenares, tal vez millares de vidas, se podrían encauzar por el buen camino; multitud de familias se podrían  salvar de la miseria, del vicio, de la corrupción, de la muerte, de los hospitales para enfermedades venéreas…, todo con el dinero de esa mujer. Si uno la matase y se apoderara de su dinero para destinarlo al bien de la humanidad, ¿no crees que el crimen, el pequeño crimen, quedaría ampliamente compensado por los millares de buenas acciones del criminal? A cambio de una sola vida, miles de seres salvados de la corrupción. Por una sola muerte, cien vidas.”  [1]

Raskolnikof se lanzó con determinación a llevar a feliz término su plan. Muchos pensamientos de temor le asaltaron su cabeza los días previos al asesinato, pero siempre procuraba tranquilizarse con la idea “de que este plan no era un crimen” (página 75), y que por eso podía sentirse a salvo de trastornos morbosos y conservar toda su inteligencia y voluntad. Para Raskolnikof, los hombres extraordinarios tenían el derecho moral a cometer actos criminales si con ellos hacían un bien a la humanidad. No tenía la menor duda de que la muerte de esa mujer era perfectamente justificada: “Al fin y al cabo, Sonia, yo no he dado muerte más que a un vil y malvado gusano” (página 416), afirmó el joven estudiante a Sonia cuando se disponía  a entregarse a la justicia.

Era tanta la confianza que Raskolnikof le tenía a su teoría que ni siquiera cuando se hubo en la cárcel mostró el mínimo asomo de remordimiento o rubor por los actos cometidos. Incluso se habría sentido mejor si se hubiera podido hacer alguna acusación, si hubiera sentido vergüenza o algún sentimiento de deshonor, pero su endurecida conciencia no hallaba ninguna falta grave en sus acciones: “¿El de haber matado a un gusano venenoso, a una vieja usurera que hacía daño a todo el mundo, a un vampiro que chupaba la sangre a los necesitados? Un crimen así basta para borrar cuarenta pecados. No creo haber cometido ningún crimen y no trato de expiarlo.” Página 513.

Es menester resaltar que a pesar de su convicción y de su profunda reflexión, el protagonista de la novela no la tuvo fácil a la hora de decidirse a cometer el asesinato. “A pesar de la lucha espantosa que se estaba librando en su alma, Raskolnikof no podía admitir en modo alguno que sus proyectos  llegaran a realizarse.” Página 74. La lucha que el ser humano libra contra su conciencia, sus costumbres y sus principios maternos es agotadora. Para Raskolnikof no fue una excepción y por eso desde el principio de la novela expresó una frase que resume todo lo que se pretende decir a este respecto: “Es chocante que lo que más temor inspira a los hombres sea aquello que los aparta de sus costumbres.” Página 6.

A pesar de todos los empeños por que prevalezca la razón en nuestra vida, el ser humano parece estar hecho de algo más. No por nada, un gran pensador como Freud sostuvo que si bien el ser humano contaba con la razón, al final era lo que menos utilizaba. El hombre tiene pasiones, emociones y muchas otras cosas que la razón parece no poder explicar. La vida parece más un rompecabezas indescifrable e impredecible que una ecuación matemática que se resuelve fácilmente si se conoce el procedimiento. Pese a todas sus cavilaciones, a Raskolnikof le seguía preocupando lo que los demás pudieran pensar de él. La imagen que nuestro semejante pueda tener de nosotros, así no lo reconozcamos, dirige nuestras acciones y nuestro destino. Hasta el más cínico parece dar muestras de preocupación por lo que se pueda pensar de él. Por eso, después de devanarse los sesos por muchas horas, Raskolnikof llegaba a la conclusión alentadora de que no le debía importar el juicio de valor de los demás: “Haré cuanto esté en mi mano para mostrarme tan grosero y desagradable como me sea posible, y no me importan lo que puedan pensar.” Página 214. Por las horas que dedicaba a estos pensamientos se puede inferir que efectivamente sí le importaba el juicio de sus semejantes.

Las teorías de Raskolnikof y su eso excesivo de la razón lo convirtieron en un megalómano. Su delirio de grandeza era tal, que se llegó a considerar un hombre extraordinario al que le debía estar permitido franquear los obstáculos de su conciencia en el caso de que lo exigiera la realización de una idea beneficiosa para la humanidad. Pero, ¿quién es un simple ser humano para arrogarse el derecho a quitarle la vida a alguien en pro de la humanidad? ¿Qué tanto sabe un solo ser humano sobre lo bueno y lo malo? Los países donde se aplica la pena capital, con lo que no estoy de acuerdo, cuentan, al menos, con un sistema de justicia que respeta un proceso de derecho. En este caso, Raskolnikof no le concedió el derecho a la vieja usurera para defenderse. La asesinó a ella y a su Hermana, Lisbeth, de manera autoritaria y como producto de una decisión individual. El protagonista fue tan egoísta que ni siquiera pidió la opinión de los demás. Llegó a creerse tan omnipotente que prescindió por completo del concepto de sus semejantes.

Raskolnikof consideraba que si los descubrimientos de Kepler o Newton hubieran tenido que implicar el sacrificio de una o cien vidas, bien habrían valido la pena. Desde el punto de vista racional, este pensamiento parece muy coherente. Pero en ese caso tendríamos que pensar si, como decía Maquiavelo, el fin justifica los medios o por el contrario los medios que se utilizan condicionan el fin. Desde mi punto de vista, no considero que un fin noble involucre medios innobles. En el caso de que los incluyera se debería respetar la vida del ser humano ante todo, por el carácter irrepetible e irremplazable de la persona. Todo esto me arroja a pensar en la lucha infructuosa de las guerrillas comunistas en Colombia. La extrema izquierda valida el uso de la violencia para tomarse el poder y por eso no vacila en matar, en secuestrar y en torturar. Pero, ¿qué tanto ha conseguido esa extrema izquierda en Colombia? Primero, no ha podido conquistar el poder y segundo no ha seducido a un pueblo que por sus condiciones de miseria y desigualdad constituyen un campo abonado para sembrar el comunismo. Pero ni así lo han logrado. Por eso me inclino por pensar que los medios que se utilizan condicionan el fin. No es cierto, como dice Raskolnikof, que para conseguir el triunfo de las ideas se tenga que pasar “sobre montones de cadáveres y ríos de sangre”. Página 263. La experiencia ha demostrado que los métodos y modos de la lucha cívica han servido para conquistar derechos y libertades.

Lo que realmente impulsó a Raskolnikof fue su deseo por envanecerse, por alimentar su ego, por sentirse superior a los demás. Cuando, al final de la novela, Raskolnikof le confiesa el crimen a Sonia, le dice con total sinceridad: “He aquí cómo ocurrieron las cosas. Yo quería ser un Napoleón: por eso maté.” Página 415.

Además, así Raskolnikof hubiera procedido impulsado solo por sus intenciones filantrópicas, su acto es reprochable. El camino al infierno está empedrado de buenas intenciones. Cuando los musulmanes se inmolan, lo hacen con buenas intenciones, pero eso no basta para condonarlos. Por hacer el bien no se debe hacer el mal y según el viejo proverbio árabe “Dios juzga al árbol por sus frutos y no por sus raíces”. Raskolnikof parecía confiar en una vida después de la muerte y en la existencia de un ser superior y por eso apaciguaba sus temores justificándose ante Dios de esta manera: “sí, lo soy, aunque solo sea, primero, porque me llamo gusano a mí mismo, y segundo, porque llevo todo un mes molestando a la Divina Providencia al ponerla por testigo de que yo no hacía aquello para procurarme satisfacciones materiales, sino con propósitos nobles y grandiosos.” Página 277. Sus propósitos pudieron ser loables pero sus acciones repudiables.

Cuando se piensa  en el porqué del comportamiento de Raskolnikof se puede llegar a una conclusión sobre el origen del mal. Este joven era pobre, había abandonado sus estudios de Derecho por falta de recursos, pero contaba con el pleno respaldo y amor de sus familiares: su madre y su hermana. Incluso tenía un amigo de la universidad que le profesaba gran cariño, admiración e incondicionalidad. A pesar de su pobreza tenía un entorno favorable para ser feliz: tenía dónde dormir, qué comer, qué vestir y a quien amar. No se puede pensar que la pobreza fuera la causa de sus ideas, pues no todo el que es pobre asesina, ni todo el que asesina es pobre. Atribuirle la causa del problema a la falta de recursos económicos sería una salida simple. En este caso, Raskolnikof tenía una madre que lo amaba profundamente: “Has de saber, querido hijo, que seguramente nos volveremos a reunir los tres muy pronto, y podremos abrazarnos tras una separación de tres años” (Página 41), le dijo su madre a Raskolnikof cuando le envió una carta a Petersburgo, lugar donde él vivía.  En esa misma carta, su madre manifestaba la felicidad que tenía por volverlo  a estrechar contra su corazón y le contaba que su hermana, Dunia, estaba “loca de alegría ante la idea de volver a verle.” Página 41. Según la madre de Raskolnikof, Dunia lo amaba “más que a sí misma” (página 42), y por eso él debería corresponderle de la misma manera. Este amor tan grande que tenía Dunia por su hermano, llevó a que Raskolnikof sospechara sobre las verdaderas intenciones de ella al casarse con Lujine, un político acaudalado: “No: tú te quieres casar con Lujine por mí. Y yo no acepto tu sacrificio. Por lo tanto, escríbele una carta diciéndole que rompes con él. Dámela a leer mañana y asunto concluido.” Página 200. Su hermana estaba dispuesta a sacrificar su libertad y felicidad por la de su hermano. Después de que Raskolnikof hablara sobre los asesinatos con su hermana se preguntó a sí mismo: “¿Pero por qué me quiere tanto si no lo merezco?”. Página 515.

Después de tantas manifestaciones de amor hacia Raskolnikof no se puede pensar que fue un entorno adverso el que lo impulsó a cometer los crímenes. Muchos culpan al entorno del mal que alguien comete pero en este caso es distinto. Aquí podríamos concluir que existe un mal que brota desde lo más profundo del fuero interno de una persona y que poco y nada tiene que ver con su entorno. Es más, sería más sensato, en este caso, atribuirle el mal a un trastorno mental que a un contexto.

Con tanto amor que rodeaba a Raskolnikof podríamos preguntarnos por la incondicionalidad de este. ¿Existe el amor incondicional? ¿Pueden las malas acciones borrar el amor que se le tiene a una persona? Su hermana y su madre no eran las únicas que parecían incondicionales con Raskolnikof, sino también la joven Sonia. A pesar de que esta joven era amiga de una de las asesinadas no juzgó las acciones de Raskolnikof sino que por el contrario lo ayudó: “de pronto se levantó y rodeó fuertemente con los brazos el cuello del joven. Raskolnikof se desprendió del abrazo y la contempló con una triste sonrisa.” “-No te comprendo, Sonia. Me abrazas y me besas después de lo que te acabo de confesar. No sabes lo que haces.” Página 412. Sonia distaba de ser una mala persona, de hecho fue ella quien lo exhortó a entregarse a las autoridades para que expiara sus culpas. Cuando Raskolnikof lo hizo, Sonia lo siguió a Siberia, lugar del presidio y este “Comprendió que Sonia le pertenecía para siempre y que le seguiría a todas partes, aunque su destino le condujera al fin del mundo.” Página 521. Mientras purgaba su pena en Siberia, Raskolnikof llegó a la conclusión de que Sonia “solo vivía para él.” Página 542.

Por último me gustaría resaltar el tema de la vanidad, presente no solo en el personaje principal de la novela sino de manera muy enfática en Piot Petrovitch, prometido de Dunia.  Petrovitch era un hombre profundamente ególatra, vanidoso y soberbio y era eso, precisamente, lo que lo había impulsado a casarse con Dunia. Ella reunía todos los requisitos para ser su esposa: “su ideal, en el que pensaba con cierta delicia, era una muchacha pura y pobre (la pobreza era un requisito indispensable), bonita, instruida y noble, que conociera los contratiempos de una vida difícil, pues la práctica del sufrimiento la llevaría a renunciar a su voluntad ante él; y le miraría durante toda su vida como a un salvador, le veneraría, se sometería a él, le admiraría, vería en él el único hombre.” Página 309. Resulta particularmente encantadora la forma como Dostoiewski propone el tema de la vanidad en la novela. Es nuestro amor propio el que nos impulsa a cometer actos bondadosos. El escritor argentino Ernesto Sábato sostiene que la vanidad y la soberbia se esconden detrás de la bondad, la abnegación y la generosidad. No creo que esta regla aplique en todos los casos pero sí en la mayoría de ellos. Piotr Petrovitch era un hombre tan arrogante que aunque disgustaba de su compañero de habitación, disfrutaba que este lo adulara: “le halagaban de tal modo las alabanzas, fuera cual fuere su condición, que no rechazaba estos cumplimientos.” Página 366.

Crimen y Castigo resulta, pues, una excelente novela para reflexionar sobre varios aspectos de la vida y de nuestra manera cotidiana de pensar. La novela es una profunda y larga elucubración que pone de relieve la avalancha de pensamientos que asaltan a un ser humano en un corto periodo de tiempo.


[1] Crimen y Castigo. Fedor Dostoiewski. Editorial Juventud. Página 70.