Somos territorio

Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo. Su territorio cuenta con el mayor número de especies de mariposas diurnas, aves, anfibios, vertebrados terrestres, palmas y anturios; es el segundo país con más especies de peces de agua dulce y el tercero con mayor número de especies de reptiles.
El Quindío, que es el segundo departamento más pequeño de Colombia (con apenas el 0,16% del territorio nacional), alberga el 10% de toda la biodiversidad del país. Su posición en el planeta, su cercanía con volcanes, su diversidad de paisajes y su variedad de ecosistemas hacen de este departamento un lugar alucinantemente bello (con un potencial turístico mayor del que creemos) y permiten la existencia de diversas especies vegetales de alto valor para la medicina, la alimentación y la botánica.
Por desgracia, toda esta riqueza natural está amenazada por la minería de metales a cielo abierto; pero, por fortuna, hay un grupo de seres conscientes: “mamertos”, “demagogos”, “hippies”, “castrochavistas” y “populistas”, dispuestos a ser la voz de la Tierra y a defenderla contra viento y marea. Aunque no la tienen fácil: se enfrentan al poder económico, que tiene todos los medios para convertir mentiras en verdades, como aquella de que el cambio climático no existe o de que un modelo de desarrollo obsesionado con el crecimiento económico y concentrador de la riqueza es sinónimo de bienestar para todos.
En su libro Homo Deus, el historiador Yuval Noah Harari señala que la estabilidad ecológica será un proyecto que sustituirá a la lucha contra el hambre, la peste y la guerra en la agenda de prioridades de la humanidad del siglo XXI. Es muy probable que el equilibrio ecológico se convierta en nuestro mayor desafío. Por desgracia –dice Harari– casi ningún país del mundo está dispuesto a hacer un sacrificio económico o político serio en pro de superar esta difícil situación.
Es tan grave el daño que le hemos hecho al medioambiente que hace unos días se supo que el científico Stephen Hawkings recomienda ir buscando otro planeta, porque en cien años ya no será posible vivir en el nuestro. Y no es la primera vez que se pronuncia en ese mismo sentido. Hace seis años le dijo a Larry King: “La humanidad, con su avaricia y estupidez, está en riesgo de destruirse a sí misma”.
Así que los invito a que le presten oídos al movimiento ambiental del Quindío y a que contribuyan, en la medida de sus posibilidades, a defender nuestro territorio de las destructoras garras de la codicia.
“¡Somos un territorio megadiverso; no megaminero!”
Avisos parroquiales: El viernes 2 de junio se realizará la segunda edición de la Marcha Carnaval de Armenia, que saldrá del parque Fundadores a las 2:00 p. m. y terminará en la plaza Bolívar. Y el 9 de julio los ciudadanos de Pijao irán a las urnas a decidir, si están o no de acuerdo con que en ese municipio se desarrollen proyectos y actividades de minería de metales.