¿Quiénes son los liberales en Estados Unidos?

Los estadounidenses llaman “liberales” a quienes defienden el capitalismo de justo mercado (“fair-market capitalism”), no el capitalismo de libre mercado (“free-market capitalism”). Esto parece una contradicción, pero no lo es. El liberalismo político defiende no solamente el principio de la libertad individual, sino la justicia (equidad). Sin igualdad de oportunidades, la libertad queda muy restringida, porque el sistema es una competencia. Les pongo un ejemplo: un niño pobre de alguna ciudad estadounidense, que recibe una educación mediocre en alguno de los colegios públicos (la calidad de la educación pública depende del barrio en el que se vive), puede tener la libertad formal de elegir la profesión, pero no tiene la libertad efectiva para lograr dicho fin. Si decide ser médico, por ejemplo, lo más seguro es que no lo logre, porque su nivel académico no puede competir con quienes recibieron una mejor educación, sea porque vivían en un barrio de mayores ingresos, o porque sus padres podían pagarles un colegio privado. Como contraargumento, los “conservadores” (así llaman los estadounidenses a los defensores del capitalismo de libre mercado), esgrimirán algunos de los poquísimos ejemplos de superación, donde un niño pobre llega a ser médico (la vieja táctica de generalizar las excepciones). Sin embargo, y pese a que cierta desigualdad es necesaria (para mantener el aliciente a la productividad), la extrema desigualdad destruye la democracia (porque concentra el poder político entre quienes tienen la riqueza) y frena el crecimiento económico (al generar una demanda agregada débil y una distribución subóptima del recurso humano). Si no hay igualdad de oportunidades, si las oportunidades dependen mucho de la posición social en la que se nace (una contingencia moralmente arbitraria), si no todos recibimos una educación de igual calidad, no podremos hablar de meritocracia. La desigualdad económica tiene una relación negativa con la movilidad social. Si no hay meritocracia, sobrarán los alicientes para que las personas tomen atajos, para que hagan un mal uso de su libertad individual. De manera, pues, que los estadounidenses hacen muy bien en llamar “liberales” a los defensores del capitalismo de justo mercado, pues el liberalismo sin justicia, sin igualdad de oportunidades, convierte la libertad de la mayoría en una simple formalidad.