La Academia Americana de Nutrición y Dietética (Aand), en su informe de 2016, no solo dice que las dietas vegetarianas (las dietas lacto-ovo-vegetarianas y veganas) son saludables, sino que afirma que ayudan a combatir enfermedades crónicas, además de ser ambientalmente sostenibles. También dice que son adecuadas para todas las etapas del ciclo vital (embarazo, lactancia, edad pediátrica, etc.). Lo curioso es que los médicos en Colombia abren los ojos de espanto cuando uno les dice que es vegetariano.
El documental Food Choices (lo encuentran en Netflix) pretende dar respuesta a través de la ciencia, no de la superstición, a la siguiente pregunta: ¿Cuál es la mejor dieta para la especie humana? Sus principales fuentes son nada más y nada menos que las mayores autoridades del mundo en nutrición (científicos, no culebreros, ni sacerdotes, ni hippies, ni pastores).
Según la investigación, que además señala la poca formación en nutrición que reciben los médicos en el mundo, la mejor dieta para los seres humanos es una basada en vegetales y sin proteína animal. Lo ideal es obtener la mayoría de las calorías de los siguientes cuatro grupos de alimentos: frutas, verduras, cereales integrales y legumbres. La alimentación del ser humano debe ser rica en fibra y pobre en grasas, alimentos procesados y carbohidratos simples.
Es cierto que los seres humanos somos cazadores-recolectores. Pero también es cierto que hemos sido principalmente recolectores. Las poblaciones exitosas a lo largo de la historia han basado su dieta en arroz, maíz y patatas. En el pasado, la gente que podía acceder a la carne eran los que estaban en la cima de la pirámide social y eran los mismos que presentaban mayor incidencia de enfermedades arteriales y de obesidad. Esto no quiere decir que abstenerse de comer animales es sinónimo de salud: una dieta basada en carbohidratos simples, aceites y alimentos procesados tampoco le hace bien a nadie.
A muchos les da pánico dejar de comer productos de origen animal por la “muy probable” deficiencia de proteínas que sufrirán. Pero esto es un miedo infundado: “Es casi imposible diseñar una dieta deficiente en proteínas si uno está rodeado de alimentos vegetales variados”, dice el doctor Michael Greber, uno de los expertos en nutrición consultados por el documental. Resulta que el exceso de proteína, de cualquier tipo (vegetal o animal), es nocivo para los riñones y el hígado y, además, aumenta el riesgo de cáncer.
Los lácteos tampoco son buenos para la salud: son un coctel de hormonas de crecimiento que resultan saludables para un pequeño bovino, pero no para el ser humano (somos la única especie que bebe leche de otra especie). De los lácteos se puede obtener calcio, pero de las naranjas también (y se ahorra uno la grasa y el colesterol, además de que ingiere fibra).
Nota: no cambie su dieta (la idea no es que me crea sino que investigue por su propia cuenta y se asesore de expertos).