Vicios de la cultura

Colombia es un país de gente amable,  alegre y dicharachera; de exuberantes paisajes y de hermosas mujeres (atractivo que pone a la mujer en situación de objeto o sujeto pasivo y agrava el problema del turismo sexual y trata de personas). Si bien todo esto es cierto, no podemos negar que, a pesar de todas nuestras virtudes, aquí se reproducen unos vicios culturales que hacen parte del desastre.

La extendida creencia de que “el vivo vive del bobo” es un ejemplo de vicio cultural que legitima la explotación, la trampa, el atajo, la instrumentalización del otro, que no termina siendo un prójimo sino un peldaño, y la exaltación de la competencia por encima de la cooperación. Todo esto es particularmente dañino si se tiene en cuenta que también nos crían con la idea de que la medida del éxito está dada por la acumulación de riqueza y donde “salir adelante” es sinónimo de tener dinero de sobra para ufanarse de él. Mucho de razón tuvo Rousseau cuando afirmó que la codicia no responde a la verdadera necesidad sino al deseo de ponerse por encima de los otros, lo que nos inclina al perjuicio mutuo. Esa sensación de poder que otorga el dinero nos da virilidad. El país de los meros meros machos donde la mujer y sus cirugías terminan convirtiéndose en un accesorio de poder del hombre, que exhibe orgulloso, junto con sus carros, mansiones y gafas oscuras, para envidia de sus congéneres. La exaltación pura y dura de la narcocultura.

Otro vicio cultural: “No se deje de nadie, péguele más duro” le dicen algunos padres a sus hijos. Esto no hace más que legitimar la justicia privada, el desprecio por la norma, el nocivo “ojo por ojo y diente por diente”, la venganza y la violencia. Generalmente al que sigue el conducto regular se le llama “sapo” para después quejarnos porque la gente no denuncia y porque las autoridades no actúan en derecho. ¿Cómo? Si a unos y a otros los criaron con las mismas ideas.

Ni qué decir de la imposición del dogma religioso de la que somos víctimas en nuestra infancia, que no es más que la legitimación de la superstición por encima de la razón; del pensamiento ciego y obediente por encima del pensamiento crítico; de la toma de decisiones sin base en la evidencia; del reforzamiento del maniqueísmo y las verdades absolutas y, por lo tanto, de la estimulación de la intolerancia y del desprecio por la diferencia. En lugar de estimular un debate sobre la filosofía cristiana, de la que hay mucho por rescatar, nos imponen una verdad absoluta que se sustenta solo en un “acto de fe”.  Aquí lo que interesa es que hagamos parte del rebaño.

Nuestra cultura es causa y consecuencia del desastre: guerrillas, paramilitares, narcotráfico, corrupción, desigualdad extrema y mediocridad. Aquí la cultura también es responsable de la construcción de una sociedad jerárquica y estratificada, donde todavía pesa más el apellido y la viveza que el trabajo duro y el esfuerzo. ¿Para qué negarlo?

El hambre

“¿Cómo carajos conseguimos vivir sabiendo que pasan estas cosas?” Esa es la pregunta que constantemente se hace el periodista e historiador argentino Martín Caparrós en su libro El hambre, publicado por el Grupo Editorial Planeta en 2014. A través del periodismo narrativo (casos particulares en Níger, India, Bangladesh, Estados Unidos, Argentina, Sudán del Sur y Madagascar) y del ensayo intenta abordar el fenómeno del hambre en el mundo. Aparte de que es muy fácil de leer y de que utiliza cifras oficiales de gobiernos y de organismos reconocidos, es una crítica directa al sistema económico.

¿Cómo carajos conseguimos vivir sabiendo que cada día mueren 25.000 personas por causas relacionadas con el hambre? Pero además sabiendo que son muertes que se pueden evitar. En su libro Destrucción masiva, Jean Ziegler (ex relator especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación) afirma: “En su estado actual, en efecto, la agricultura mundial podría alimentar sin problemas a 12.000 millones de seres humanos, casi dos veces la población actual. Así que no es una fatalidad. Un chico que se muere de hambre es un chico asesinado”. ¿Qué pasa con la administración de los recursos en el mundo? No es la primera persona que se pronuncia en este sentido. El premio nobel de economía en 1998, Amartya Sen, escribió en Pobreza y hambruna: un ensayo sobre el derecho y la privación (1981): “El hambre es la consecuencia de que determinadas personas no tengan suficiente comida. No es la consecuencia de que no haya suficiente comida”. Comida sí hay, pero aún así y según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) hay 842 millones de personas subalimentadas.

Caparrós dedica un capítulo de su libro a hablar sobre la desigualdad, el talón de Aquiles del sistema económico y quizás el tema que más ampollas levanta. Recurre a datos de Oxfam, una organización que con su informe anual nos advierte que “la riqueza mundial se concentra cada vez más en manos de una pequeña élite”. Oxfam cree que la pobreza es producto de la injusticia y que se puede evitar con voluntad política, como lo afirman tantos otros expertos en economía.

El año pasado entré a una charla en la Universidad Javeriana de Alfredo Sfeir Younis, ex candidato presidencial de Chile y pensionado del Banco Mundial (donde trabajó 30 años), y lo escuché afirmar: Hay dos falacias propias del sistema neoliberal: 1) crecer primero y limpiar después; 2) crecer primero y hacer justicia social después.
¿Por qué es grave la desigualdad extrema? Porque no vamos a poder vivir en paz mientras exista: “La desigualdad ha sido vinculada a diferentes problemas sociales, incluyendo la violencia, la enfermedad mental, el crimen y la obesidad. Es más: se ha mostrado que la desigualdad no solo es mala para los pobres sino también para los ricos. Las personas más ricas viven más saludables y más felices si viven en sociedades más igualitarias”, declara Oxfam.

¿Cómo carajos conseguimos vivir sabiendo que pasan estas cosas?

A LOS ADOLESCENTES QUE SUFREN POR SER HOMOSEXUALES

 Hoy se cumple un año del suicidio de Sergio Urrego y pretendo pronunciar unas palabras que su historia me inspiró.

La ambición es grande: empoderar adolescentes homosexuales y alejarlos del suicidio.

Estoy a punto de hablar frente a una cámara de video. Tengo nervios y me sudan las manos. Por fortuna sé perfectamente lo que voy a decir y cómo lo voy a hacer. Lo he tenido en mente hace mucho tiempo.  Subiré el discurso a YouTube  para que cualquier persona en el mundo lo pueda ver, aunque me conformo con que cien lo hagan. No pretendo convertirme en youtuber, ni mucho menos,el verdadero objetivo es dar una opinión para que sume, no que reste, para que aporte, no que imponga, ni condene. Seré feliz si lo que digo ayuda así sea a un solo adolescente (mi público objetivo) o, en últimas, a cualquier ser humano. Uno solo y todo habrá valido la pena.

Estas acciones responden a un afán por irradiar conciencia en el marco de una modesta lucha SOCIAL, no política, que inicié hace algunos años.

Comencemos, 3, 2, 1…

“Mi nombre es Federico Acevedo Ramírez, tengo 25 años, colombiano, nacido y criado en Armenia,  estudiante universitario, abierta y felizmente homosexual. SÍ, feliz.  Ni aunque tuviera el poder de fuerzas providenciales para cambiar mi orientación sexual, lo haría. Me amo y me acepto tal como soy y hace rato que le dije SÍ al cumplimiento de mi misión”.

Respiro hondo, voy soltando la lengua.

“Nací en una ciudad conservadora, en el seno de una familia conservadora y católica, que me cuidó y me dio todo su amor, y asistí a un colegio conservador, aunque con apariencia de laico y moderno. En realidad, creo que es la educación más laica y moderna a la que se puede acceder en esa ciudad. Pero sigue siendo exigua. No es un reproche, pero con el tiempo, a medida que me fui educando y tuve acceso a más información, me di cuenta de que su laicismo es flojo, de que la educación sexual que recibí fue incompleta y de que nunca se dieron discusiones que se DEBIERON dar, pero que seguramente no se daban por miedo, por cobardía, por no pisar callos. Eso de que los niños no pueden manejar cierta información es FALSO. Los temas hay que abordarlos desde temprana edad de manera responsable, pero sin tabúes, ni mojigaterías. Faltó un esfuerzo por tratar de erradicar prejuicios y por ser más críticos con nuestra cultura y nuestros códigos morales. Hay una característica, que se podría considerar casi una constante, entre quienes producen grandes progresos en la humanidad: no subordinan su racionalidad ni su emocionalidad a las del REBAÑO”.

Aparece en pantalla la siguiente frase de Bertrand Russell:

Si un hombre desea sinceramente seguir el mejor camino que la vida le ofrece, tiene que aprender a mantener una actitud crítica frente a las costumbres y creencias de la tribu, aceptadas comúnmente por sus vecinos.

“De todas maneras, fui y he sido afortunado. No recibí mayores maltratos. Por el contrario, mis padres me profesaron (lo siguen haciendo) todo su amor, tuve las mejores relaciones con mis compañeros del colegio,  fui querido y respetado en esa institución, y tengo un hermano de quien he recibido todo el apoyo. En términos generales la tuve y la tengo fácil. Por desgracia, no es lo mismo para todos. Me ENFERMA escuchar que un adolescente, época en la que por lo general se es más vulnerable a la opinión de los demás, intenta o logra suicidarse porque siente que tiene una orientación sexual distinta a la que impone la heteronorma. Me ENFERMA escuchar las historias de quienes  trabajan en psicología infantil y en activismo LGBTI: padres de todos los contextos sociales que echan a sus hijos de la casa porque son “maricas”; adolescentes y niños que desarrollan trastornos del ánimo porque se sienten diferentes; que no quieren volver al colegio porque son rechazados; que se sienten sucios y piensan que Dios no los quiere; que son coartados en su libertad de expresión; que viven en un mundo hostil y hasta son agredidos físicamente y, algunos, asesinados. Me ENFERMA que esto le haya pasado a gente que conozco y pienso que quizás sea una obligación ética trabajar duro para que esto no vuelva a ocurrir. Ni un CASO más”.

Ya no me sudan las manos, ha llegado la hora de hablar del PODER.

“Adolescentes, el PODER es la capacidad que tiene un actor social de tomar decisiones sobre otros actores sociales y se ejerce a través de la coacción (la imposición, la fuerza) y la persuasión (construcción de discursos que otorgan significados, definen valores y construyen códigos morales). Los homosexuales hemos sido oprimidos de ambas maneras. Los amantes del poder, los codiciosos y los practicantes del dogma han hecho hasta lo imposible por implantar y conservar un orden social machista y excluyente, que les ha servido para conservar sus sistemas de privilegios a expensas del sufrimiento de los demás. El poder es necesario para la organización social, pero ha sido pervertido en sus fines”.

Aquí cito una frase de Jean-Jacques Rousseau que escribió en su libro “El origen de la desigualdad entre los hombres”:

Está pues fuera de toda duda, y esa es la máxima fundamental de todo el derecho político, que los pueblos han buscado unos jefes para que los defiendan y no para que los dominaran.

“Pero aquí hemos tenido mucho más de DOMINACIÓN que de cualquier otra cosa.  Les daré apenas algunos ejemplos: 1. Una procuraduría en cabeza de un gran amante del poder y de un practicante del dogma fundamentalista católico que ha hecho hasta lo imposible por impedir la consecución de derechos de las personas LGBTI. Ese organismo de control disciplinario se ha convertido en el gran templo de la homofobia en Colombia desde donde se ha movido cielo y tierra para que no se incluya el matrimonio igualitario, entre otras cosas, dentro del ordenamiento jurídico. Lo que más desconsuela es que el Partido (dizque) Liberal haya votado a favor de la reelección de este procurador. ¡Imagínense un partido que se autodenomina liberal votando por un señor que no ha podido asimilar el concepto de la separación iglesia-Estado, principio esencial del liberalismo y de la democracia! Pero así ha sido acá, los partidos no suelen responder a sus nombres y entienden la política como un simple intercambio de favores, donde terminan prevaleciendo intereses particulares y no generales; 2. Una senadora dizque liberal (miembro del Partido Liberal) promueve un referendo para prohibir la adopción igualitaria, lo que termina por constituirse en un excelente ejemplo para explicar un efecto negativo de la democracia conocido como la tiranía de la mayoría, en la que un grupo social aprovecha que es mayoría para oprimir a una minoría. Si fuera por las mayorías, ni los negros (en sociedades donde han sido minoría) ni las mujeres (aunque son mayoría, no todas estaban convencidas en un principio de su reivindicación) habrían conseguido los derechos que consiguieron; 3. Un senador lanza un video en el que pide igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo y una congresista (en ese momento era aspirante a la cámara por Bogotá) le responde con otro (el cual le sirvió para lanzar su campaña) en el que exige respeto por sus hijos y los de los demás y el rescate del verdadero significado de la familia. No entiendo cómo las parejas del mismo sexo por el solo hecho de existir y reclamar derechos puedan irrespetar a sus hijos y a los de los demás. Irrespeto es negar la diferencia y negar derechos. Con respecto al “VERDADERO” significado de la familia, ella se refiere a un único modelo de familia, el judeocristiano, y desconoce otros tantos que existen y han existido en otras culturas a lo largo de la historia”.

“Adolescentes, la idea no es tragar entero. No crean todo lo que les digo ni les dicen: ¡VERIFIQUEN, INVESTIGUEN, ASUMAN UNA POSTURA CRÍTICA FRENTE A TODO!”

En este punto aparecen unas fotografías de la ahora representante a la cámara. Intenté buscar una donde se viera amable y me fue difícil. En la mayoría se aprecia la expresión de un rostro desfigurado por el odio.

“Pero no todo ha sido malo. En Colombia se reconoció el derecho de las parejas del mismo sexo a la legalización de su familia (llamado contrato de unión solemne, el notario que se niegue a hacerlo será sancionado) y a los derechos que otorga la unión marital de hecho.  Desde el poder se pueden encontrar buenos ejemplos de quienes han trabajado por la igualdad de derechos, pero me abstengo de mencionarlos para que no se me acuse de andar haciendo propaganda política. Sin embargo, los invito a que investiguen. Investigar es precisamente lo que  se debe hacer antes de asumir una posición (la idea es tener siempre opiniones ilustradas), pero, sobre todo, antes de depositar el voto. Cuando estén en edad de votar deben hacerlo con el mayor sentido de RESPONSABILIDAD. No pueden otorgarle más poder al opresor. Libérense de esa actitud mediocre de andar asumiendo la posición política de sus padres y familiares solo porque son sus padres y familiares. Tengan voz propia. No hay nada más pusilánime que dejarse arrastrar por la opinión de la mayoría. ¡Arriésguense!, al final se pierde el miedo y se siente genial: se gana carácter”.

“Yo he sido blanco de epítetos injustos: me han llamado <<comunista>> y <<ateo>> (aquí el solo hecho de mencionar la palabra IGUALDAD da lugar a ello). Digo <<injustos>> porque no lo soy, no se vale estigmatizar a quien SÍ lo sea. Yo no soy comunista porque creo en una forma de capitalismo menos salvaje, una especie de conciliación entre el socialismo o muerte y el neoliberalismo a ultranza, como ya se desarrolla en otras sociedades, muy pacíficas además. Tampoco soy ateo porque, aunque no creo en religiones, he sentido cómo Dios me ha rescatado de las garras de la desesperanza. Entiendan que ellos siempre buscan monopolizar la idea de Dios, convertirlo en su propiedad privada, para utilizarlo a favor de su dominación. ¡No se dejen engañar! Dios los ama y ustedes hacen parte de esta creación y tienen mucho qué aportar. Hay que hacerse a la idea de que hay un sector de los poderosos que siempre deslegitima la lucha social con ese tipo de adjetivos (cuando no es que te acusan de auxiliador de la insurgencia, que además pone en peligro tu vida). Al principio estas acusaciones duelen, pero después lo asume uno y hasta hay lugar para el chiste (sin dejar de darle importancia)”.

Aparecen en pantalla unos ejemplos. El siguiente tweet es de la autoría del autodenominado concejal de la familia, escrito el 21 de junio de 2015 a las 13:32:

Macabra alianza de Farc, ELN, izquierda y Lgbt, busca destruir la vida, la familia y el futuro del pueblo colombiano.

 Dos días después rectifica (23/06/15 11:51):

Retiro escrito de 21/06/15-12:32 P.M en el que erradamente usé la expresión “macabra alianza” mencionando comunidad lgbti. Texto eliminado.

 “Aquí debo mencionar que las mentiras son irreparables, así hayan rectificaciones. ¿Por qué? Porque la rectificación no le llega a todos y cada uno de los que vieron eltweet inicial. Por eso no les extrañe que alguien por ahí en la calle mencione, muy convencido, que el movimiento LGBTI está aliado con las guerrillas”.

Vuelvo a respirar hondo, muy hondo. Llega el momento de hablarles de otro poder: LA IGLESIA.

“Prácticamente el único argumento en contra de la homosexualidad hoy por hoy es el argumento religioso. La historia, la sociología, la antropología, las humanidades en general, la ciencia y la academia (salvo contadas excepciones de universidades cuyas investigaciones todavía son esclavas de un dogma religioso)  están de nuestro lado. En 1973 la Asociación de Psiquiatría de los Estados Unidos removió a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales y posteriormente (hace 25 años) lo hizo la Organización Mundial de la Salud (OMS). La homosexualidad es tan natural, que está documentada en 500 especies de animales y se ha observado en más de 1500”.

Aquí considero pertinente, para resaltar la importancia de la EVIDENCIA en la toma de decisiones sobre lo público, mostrar una frase de Bertrand Russell consignada en su libro “Sociedad humana: ética y política”:

Si queremos unificar el mundo, como debe estarlo para sobrevivir,  solo se puede hacer por una difusión del espíritu científico. Con esto no me refiero a la inteligencia técnica, sino al hábito de juzgar por la evidencia y suspender el juicio donde falta la evidencia.  La ciencia, tanto para lo bueno como para lo malo, es lo que caracteriza a nuestro tiempo.  Los fanatismos, ya sean hindúes, mahometanos, católicos o comunistas, son un legado de la edad media.

 “Ahora veamos la postura oficial de la Iglesia Católica frente a la homosexualidad. Para la iglesia, los actos sexuales entre personas del mismo sexo son pecaminosos; sin embargo, no lo es la condición de homosexual. Es decir, el homosexual no comete pecado siempre y cuando no incurra en actos sexuales con una persona de su mismo sexo. Conclusión:  se nos exhorta a vivir en castidad”.

Aquí aparece en pantalla el párrafo 2359 del catecismo de la Iglesia Católica:

Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.

“Para la Iglesia Católica, los actos sexuales dentro del matrimonio son expresiones del <amor y unión, y tienen un fin muy claro, la procreación. Para esta religión  la anticoncepción es un pecado (aceptan el método de Billings y el método de Ogino-Knaus, por considerarlos naturales). También son pecado la pornografía y la masturbación. Ninguna de estas (anticoncepción, pornografía y masturbación) cumplen con el fin de la reproducción. Conociendo esto, es claro que para esa institución, y lo manifiestan explícitamente, las uniones entre personas del mismo sexo contrarían la ley natural”.

“Adolescentes, no se angustien. Esto son solo creencias, así como miles y muy diferentes en el mundo. Ellos creen tener la verdad, así como cualquier religión la cree tener. ¿A quién le creemos: al catolicismo, al judaísmo, al islam, al hinduismo, al budismo, al confucianismo, al cristianismo protestante, etc.? La gente generalmente cree en la religión en la que es criada. Es pura tradición. Respecto a la Biblia, tampoco se deben angustiar por lo que dice. La Biblia es un libro sagrado, entre muchos: Corán, Talmud, Cánones del Budismo, Libro de Mormón, Popol Vuh, Puranas, Upanishad, Vedas, etc. Todos aseguran tener la verdad, se contradicen y son usados por las distintas religiones a conveniencia y para afianzar sus sistemas de dominación. La Biblia, por ejemplo, ha servido para justificarlo todo: lo bueno y lo malo. Cada cual la interpreta a su gusto. Con esto no me refiero a que no deban ser leídos, ya que tienen  un valor literario enorme, algo de valor histórico, pero definitivamente NO son poseedores de la verdad absoluta y NO deben ser utilizados para organizar ninguna sociedad”.

“Respecto a la Iglesia Católica hay que resaltar que, aunque su postura oficial no contribuye a la igualdad de derechos de las personas homosexuales y por tanto refuerza la discriminación, la misma institución religiosa condena el maltrato a las personas LGBTI y exhorta a tratarlas con respeto. ¿No les parece que hay algo de contradicción? Pero, bueno, algo es algo, peor es nada”.

“Adolescentes,  les reitero que no todo es malo y siempre hay algo bueno por resaltar. La Iglesia Católica no es una institución monolítica: existe disidencia. Las tesis de la iglesia sobre la homosexualidad han sido cuestionadas por algunos de sus miembros: teólogos, católicos laicos y sacerdotes de alta jerarquía. Por supuesto que han encontrado oposición y han sido castigados severamente por la Congregación para la Doctrina de la Fe. Pero hasta el Papa Francisco ha dado pequeñas muestras de que se avecinan cambios en las tesis (seamos positivos) y ha declarado: <<Dios no tiene miedo a las novedades>> y <<nos sorprende continuamente al mostrarnos y conducirnos por caminos imprevistos>>”.

“Por eso es importante que no caigamos en fundamentalismos anti-religiosos (basta ya de avivar odios, basta ya de guerras, hemos tenido suficiente de eso). No se trata de defender nuestra homosexualidad a través de la agresión, ni física, ni verbal. Se trata de hacerlo con argumentos y desde el respeto. Debemos respetar la fe de las personas y defender la libertad de cultos. Así como se debe defender con vehemencia la libertad sexual, así mismo se debe defender el derecho que tiene toda persona a profesar la fe que desee, sin otra limitación que el respeto a la libertad ajena. Si fuera anti-religioso, como se me ha acusado, no podría estudiar en una universidad que pertenece a una comunidad religiosa. De mi paso por la Universidad Javeriana (tanto sede Bogotá, como sede Cali) puedo resaltar el énfasis que hacen los jesuitas en la defensa de los derechos humanos y el profundo respeto que profesan hacia las libertades sexuales de sus estudiantes, la libertad de cultos y los diferentes credos políticos. Si fuera anti-religioso no demostraría semejante admiración por Monseñor Carlos Arnulfo Romero, defensor de derechos humanos, fuerte opositor de la dictadura del general Carlos Humberto Romero Mena en El Salvador. Este hombre de la iglesia (los invito a que lo investiguen) recibió la nominación al premio Nobel de Paz en 1979, fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras daba misa y está representado en una estatua en la abadía de Westminster en Londres, junto con otros nueve mártires del siglo XX. Es FUNDAMENTAL reconocer lo BUENO en los demás, así no compartamos todo lo que hacen o piensan. Nada ni nadie es perfecto. No olviden que la perfección en el ser humano radica en su imperfección”.

Casi olvido hablar sobre la restauración. Aquí suena la canción “Rehab” de Amy Winehouse:

They tried to make me go to rehab but I said ‘no, no, no’ 

Yes I’ve been black but when I come back you’ll know know know
I ain’t got the time and if my daddy thinks I’m fine
He’s tried to make me go to rehab but I won’t go go go 

“Creo que en lo que les he dicho anteriormente hay suficientes argumentos para no creer en la “restauración”, “rehabilitación” o “corrección de la sexualidad”, que se practica en algunas iglesias y que no son más que intentos por reprimir los impulsos sexuales. Si no quieren entrar en profundas contradicciones internas y desarrollar alguna neurosis o trastorno del ánimo, lo mejor es que les huyan. La rehabilitación es para las adicciones; no para la homosexualidad (no hay evidencia científica que las soporte). Con el mismo empeño con que Amy se resistía en la canción a la rehabilitación por consumo de estupefacientes (lo que no es recomendable —en ese caso SÍ hay lugar a la rehabilitación—), ustedes se resistirán a esas prácticas de la sinrazón y dirán de forma enfática: <<NO, NO, NO. I WON’T GO, GO, GO>>.

“También les he dicho antes que debemos ser muy críticos. Pero hay que ir más allá: hay que ser críticos con nosotros mismos. Examinarnos como comunidad y cerciorarnos de que estamos dando ejemplo de tolerancia. Jóvenes,  si vamos a hablar de respeto a la diferencia, tenemos que empezar por nosotros mismos. Es muy triste ser testigo de la discriminación entre los miembros de la comunidad. Algunos ejemplos: criticamos rigurosamente al hombre homosexual que tiene muy marcados los ademanes femeninos, a la mujer homosexual que “parece un hombre”, al que se le “nota”, al que se cambia el color del pelo, al que usa maquillaje o tacones, al que baila como Beyonce o Shakira, etc. ¡Esto no puede suceder! No podemos ser representantes de la DOBLE MORAL. Si los transexuales son los más discriminados, la actitud no debe ser la de reforzar ese maltrato, sino la del profundo respeto, porque son seres humanos y porque merecen que la sociedad les abra un espacio distinto al del estilismo (no tiene nada de malo, pero muchos no tienen más opciones), la prostitución y la drogadicción. Ellos también tienen todo que aportarle a este país”.

Ha llegado la hora de ir cerrando estas palabras…

“Adolescentes que sufren por ser homosexuales, no teman asumir su sexualidad y exigir RESPETO; que no es caridad sino un DERECHO. No piensen ni por un minuto en suicidarse, NO VALE LA PENA. Levanten la cabeza, miren a los ojos y manténganse en pie de lucha; una lucha dialéctica, pacífica y ejemplarizante. HUMILDAD no es sinónimo de agachar la cabeza. Despójense de resentimientos y perdonen ofensas”.

Aquí aparece en escena una frase de Nelson Mandela:

Al salir por la puerta hacia mi libertad supe que, si no dejaba atrás toda la ira, el odio y el resentimiento, seguiría siendo un prisionero.

“Está bien sentir ira, tristeza y frustración por momentos, son sentimientos y los sentimientos son inseparables del ser humano. No se los puede clasificar en BUENOS  ni en MALOS, hacen parte de nosotros, pero hay que saberlos expresar. Es mejor buscar la forma y el espacio de canalizarlos para que no se nos conviertan en agresividad reprimida ni en ENFERMEDAD. Estas últimas no nos van a ayudar en nada en la consecución de nuestros derechos; nos van a restar. Hay que tener en cuenta  siempre que nuestras palabras y acciones no dañen: ni a nosotros mismos, ni a los demás. El respeto tiene que ser transversal a todo lo que hagamos. No dejen que las palabras de los demás los denigren.  Y Recuerden amarse a sí mismos: <<AMAR es sinónimo de AMARSE>>, <<el mayor de los pecados [en sentido figurado] es dejar de QUERERSE>>”.

Suena la canción “Same sex” de Macklemore:

No law’s gonna change us

We have to change us

Whatever god you believe in

We come from the same one

Strip away the fear, underneath, it’s all the same love

About time that we raised up!

Y remato con una frase de Daniel Arzola:

 Estamos reclamando los derechos que les debían y les deben a nuestros antepasados, a los perseguidos, a los mutilados, a los quemados, a los negados. A Lorca, a Chavela, a Reinaldo Arenas, a Turing, a tu hermana, a TI, a MÍ.

¿Qué pasó, Nina Simone?

Por fin, después de mucho esperarlo, Netflix estrenó el 25 de junio el documental sobre la vida y obra de Nina Simone: La suma sacerdotisa del soul, leyenda del jazz y del movimiento activista por los Derechos Civiles en Estados Unidos, pianista, amante de la libertad, genio, amada y odiada. La pieza se llama “What happened, Miss Simone?” porque intenta explicar las razones que llevaron a que una mujer que tocó la fama, se enriqueció, gozó de lujos, de idolatría y cuyo nombre fue pronunciado en todo Estados Unidos y gran parte del mundo, decidiera arriesgarlo todo en nombre de una lucha social que casi la mata y la terminó enloqueciendo.

Nina Simone se preparó toda la infancia para convertirse en la primera pianista clásica de raza negra en Estados Unidos. Ese era su mayor sueño. A los 19 años pidió una beca en el Instituto de Música Curtis en Filadelfia y se la negaron por ser negra: “Nunca pude superar ese golpe de racismo”. Se vio forzada a tocar música popular y después a cantar. Con “una voz femenina con la profundidad de un barítono” y su forma de tocar el piano logró transmitir un “mensaje emocional” a través del jazz, blues y soul. Pero en lo más alto de su carrera no pudo ser feliz. La aversión por las injusticias cometidas en contra de su raza no la dejaban en paz: “primero uno se deprime y después se enoja”.

Nina Simone se metió de lleno en la lucha por los derechos civiles de los negros en Estados Unidos. Fue allí cuando por fin pudo expresar todo lo que venía sintiendo por tantos años: ira y frustración.
Afirmó: “¿Cómo se puede ser artista y no reflejar la época en que uno vive? Quiero sacudir tan fuerte a las personas, que cuando salgan del club donde yo haya tocado, estén destruidos. Quiero entrar en ese antro de gente elegante, con sus ideas viejas y toda su petulancia y volverlos locos a todos”.

En un ataque de indignación le dijo a Martin Luther King Jr.: “Yo no soy pacifista”. Años después afirmó en una entrevista: “Nunca fui pacifista. Jamás. Yo opinaba que no importaban los medios para conseguir nuestros derechos”. Afortunadamente la música la alejó de empuñar un arma (el peor error en una lucha social).

Lo perdió todo: la industria la castigó por todas las canciones cargadas de mensajes políticos, se divorció de su esposo (también manager) porque no compartía su lucha y mentalmente afectada se fue a vivir a Liberia.
Miss Simone fue una mujer valiente y pagó por ello. “Sí, la valentía es una locura, pero llena de grandeza”, como decía Reinaldo Arenas. Ella nunca se arrepintió de su activismo y aunque perdió el control de sus emociones por momentos, se atrevió a ser ella misma, más de lo que cualquiera puede decir en este mundo. Desnudó su alma, su vida y sus miserias. Años después recuperó su carrera en Europa, le fue otorgado el Grammy Hall of Fame en el año 2000 y dos días antes de morir el Instituto de Música Curtis, el mismo que la rechazó a los 19 años, le otorgó un diploma honorario. Venció.